El debate en torno a la reforma electoral, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, es amplio, se escuchan voces a favor y en contra. Argumentos van y vienen sobre un supuesto daño incalculable a la democracia en el país.
¿Qué es lo que realmente propone esta iniciativa?
La propuesta no es eliminar al árbitro electoral, de hecho, la propuesta, es incrementar sus facultades.
Por lo que dejaría de ser solamente el Instituto Nacional Electoral para llamarse Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, INEC, sumando así la función de realización de consultas ciudadanas.
Quedaría también en sus manos la organización total de procesos electorales municipales, estatales y federales a nivel nacional. Por ello, se eliminarían los Organismos Públicos Locales, OPLES y Tribunales Electorales Locales, pretendiendo que el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, absorba sus funciones.
Por otro lado, el presidente López Obrador propone dar un paso en innovación con la introducción del voto electrónico, facilitando así, la participación ciudadana.
Tampoco perdería su autonomía, y es que, los consejeros del instituto y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación pasarán ciertos filtros, para componer una terna, serán propuestos por los tres poderes de la Unión, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y así, será a través del voto ciudadano que estos se designen para ocupar el cargo en la autoridad electoral.
Propone reducciones, sí, a la cantidad de consejeros, pasando así de once a siete.
Lo hace también en la cámara de diputados, senadores, presupuesto a partidos, tiempo de propaganda.
La Cámara de Diputados ahora se conformaría por 300 curules, no por 500 como lo ha sido hasta ahora, en tanto el número de senadores disminuiría de 128 a solamente 96. SÓlo 30 minutos diarios de propaganda política en radio y televisión.
También, el jefe del Ejecutivo propone que los partidos políticos reciban financiamiento solamente para campañas electorales, así, dejarían de recibir recursos públicos, para el pago de sueldos, renta de espacios u oficinas, combustible o viajes, lo que representa un ahorro superior a los seis mil millones de pesos al año.
¿Qué necesita el presidente para que la reforma pase?
Dos tercios de votos del Senado y la Cámara de Diputados, es decir 334 integrantes de la Cámara Baja y 85 de la Cámara Alta a favor de la reforma electoral.