Hace 10 años, Suecia fue el primer país que declaró tener una política exterior feminista. Desde entonces se sumaron países como: Canadá (2017), Francia (2019), Luxemburgo (2021) y España (2020).
Fue apenas, el 9 de enero de 2020, que México declaró por primera vez su política exterior feminista, lo que lo llevó a convertirse en el sexto país del mundo y el primero de América Latina en hacerlo. El año pasado, en 2023, Chile hizo lo propio y Colombia se unió este 2024.
Con esta declaratoria los países reconocen que el acceso y garantía de los derechos de las mujeres no sólo es una cuestión de política doméstica sino también exterior y el feminismo es el eje rector.
De acuerdo con la Red Mexicana de Política Exterior Feminista (RMPEF), la balanza se mueve al sur, porque es la primera vez que, por un lado, un evento de esta naturaleza sale de los países del norte global y se realiza en los del sur global: México fue sede en esta ocasión.
Por otro, porque se realizó un balance de la región que permitió reflexionar los avances y los retos que atraviesan los países de América Latina y sus políticas con respecto en sus políticas enfocadas en garantizar la igualdad y el acceso a derechos de las mujeres.
¿Qué significa tener una política exterior feminista?
En entrevista para Once Noticias Digital, Elisa Gómez, coordinadora de Diálogo Político de la Fundación Friedrich Ebert e Integrante de la Red Mexicana de Política Exterior Feminista, señaló que los temas prioritarios para una Política Exterior Feminista latinoamericana son:
- Justicia fiscal feminista
- Derechos sexuales y reproductivos
- Feminización de la pobreza
- Acceso a la justicia
- Construcción de paz
En el caso de México, con respecto a la justicia social es el país que peor recauda ingresos tributarios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y que se encuentra por debajo de la tasa de recaudación de la región, “sin recursos no se pueden garantizar derechos, menos de mujeres y niñas”, aseguró Elisa Gómez.
No obstante, se trata de un problema que aparece como constante en la región: desigualdad económica.
Y se relaciona con el género, porque las mujeres y niñas viven efectos graves, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), 3 de cada 10 mujeres viven en pobreza y 1 de cada 10 en pobreza extrema.
“La propuesta no es cómo incluir a las mujeres y niñas en el modelo económico, sino cómo imaginar nuevos modelos económicos que centren la sostenibilidad de la vida y los derechos de las personas en lugar de la acumulación”, dijo Isabel Mateos, coordinadora de Inversión Social para el Futuro de Oxfam México, durante su intervención en la conferencia paralela.
Derechos sexuales y reproductivos
Con respecto a los derechos sexuales y reproductivos en México han existido avances, tal como recuerda Elisa, pero persiste la condicionante para acceder a la interrupción del embarazo, porque a pesar de avances normativos como la inconstitucionalidad de la criminalización del aborto, sólo 13 de las 32 entidades han despenalizado el aborto y las instituciones públicas continúan negando el servicio, entre ellas, a niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual.
“Ese pañuelo verde se ha convertido en símbolo articulador no sólo de los movimientos feministas en las calles sino también a escala de políticas”, señaló Elisa Gómez a Once Noticias Digital.
Sin embargo, a nivel regional, en nueve países el aborto está prohibido en su totalidad: El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Aruba, Curazao, Jamaica y Surinam.
Hay expectativas en México para una agenda feminista
Elisa Gómez sentenció que en nuestro país han existido avances sin precedentes en el rubro, como muestra, las recientes elecciones presidenciales.
“El país vive una feminización de la política que tocó hasta las elecciones presidenciales y con Claudia Sheinbaum tiene su símbolo más importante. Digamos que hay avances importantísimos, pero no es suficiente, hay retos para consolidar la política interna”, sentenció la activista.
En ese sentido, la experta dijo que un tema que atraviesa es la falta del reconocimiento y operación de un sistema de cuidados, como parte de una política interior; con ello, las mujeres tendrían autonomía económica, pero también para reconocer el trabajo que realizan millones de mujeres que tienen un papel activo al interior de sus países.
La especialista asegura que una forma de llevar la política exterior feminista al pie de calle de las mujeres es operar y aportar para que las políticas públicas, a favor de la garantía de los derechos de las mujeres, sean una realidad en los países y, sobre todo, que a nivel regional haya un interés por consolidar agendas feministas regionales, porque las problemáticas son compartidas,
La III Conferencia Ministerial sobre Políticas Exteriores Feministas se llevó a cabo, por primera vez, en un país del sur global del 1 al 3 de julio. En el evento principal la cancillería fue la anfitriona y tuvo como sede a Ciudad de México, pero en un evento paralelo, académicas, activistas y mujeres de la sociedad civil se reunieron con la intención de dialogar con espacios más diversos en la Red Mexicana de Política Exterior Feminista (RMPEF).