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Uriel Carmona usó el montaje para obstaculizar la justicia

En abril pasado, colectivos feministas marcharon del ayuntamiento de Cuernavaca al Congreso de Morelos, exigiendo justicia en torno a Erika Medina.

En la Fiscalía de Morelos, Uriel Carmona Gándara se consolidó como experto del montaje, el arte de encubrir y obstaculizar la justicia.

Como ejemplo, los casos del suicidio de Erika Medina Moctezuma, y el asesinato de Gabriela Marín, diputada del Congreso estatal.

En abril pasado, colectivos feministas marcharon del Ayuntamiento de Cuernavaca al Congreso de Morelos, exigiendo justicia en torno a Erika Medina, una funcionaria municipal de 43 años que sostenía una relación sentimental con el regidor panista, Fernando Carrillo.

Fue localizada sin vida el 27 de marzo pasado. La versión desde el comienzo y que respaldó el fiscal Uriel Carmona, fue que la mujer se suicidó.

Sin embargo, existen muchas dudas, pues se han revelado inconsistencias que hacen pensar que la fiscalía buscó encubrir al regidor Carrillo.

“La Fiscalía, encabezada por Uriel Carmona Gándara, actúe de manera imparcial y cese la protección que hasta la fecha ha otorgado al funcionario en mención”, expresó María Cielo Castillo, del colectivo 25 “No más Violencia”.

Las feministas han advertido que familiares poseen información sobre la mala relación que tenían Érika y Fernando al final.

Mientras que el Diario de Morelos reveló un audio de la mujer un día antes de su muerte.

“Tengo muchas cosas que trabajar por mí y para mí, quiero solucionar muchas cosas; quiero rentar la casa, quiero estar bien yo, sabes, lo que menos quiero es meterme en líos, no me interesa”, dijo la mujer.

También se han ventilado en medios presuntas comunicaciones de Whatsapp del 7, 11 y 12 de abril, entre Uriel Carmona y el exalcalde de Xoxocotla, Raúl Leal Montes. Carmona le habría encargado este caso porque el regidor “estaba apadrinado”.

En las dos últimas, hablan de que el regidor ‘se pondrá a mano’. Y al final destacan que habría hecho un segundo pago. La impunidad persiste en este caso, y exigen su revisión.

El caso de Gabriela Marín

Otro asunto que generó indignación por las inconsistencias fue el asesinato violento de la diputada de Morelos, Gabriela Marín Sánchez.

A tres meses y medio de rendir protesta por el partido Morelos Progresa, fue víctima de un ataque armado frente a una farmacia, en Cuernavaca. La Fiscalía de inmediato se apresuró a decir que detrás había motivaciones políticas.

Meses antes Gabriela Marín había reclamado y ganado judicialmente su curul a otro correligionario: Roberto Carlos Yáñez Moreno.

Sobre este asesinato, se ha ventilado en medios presuntos intercambios de mensajes entre Uriel Carmona y la directora de Procuración de Justicia del Estado, Ermina Salinas.

Hablan de alguien de apellido “Yáñez”, con quien se buscaría llegar a un acuerdo.

Días después del crimen, se detuvo a un hombre al que sólo se le ha acreditado el robo de pertenencias de la diputada. Sin embargo, falta contundencia en aclarar el ataque.

El gobernador Cuauhtémoc Blanco reconoció los vicios en la impartición de justicia de Morelos, debido a los vínculos de funcionarios con el crimen organizado.

“Estos narcopolíticos han recibido mucha lana de estos personajes, no nos vamos a quedar con los brazos cruzados y ojalá antes de que me vaya, podamos tener detenidos a estos narcopolíticos”, puntualizó el gobernador.

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