En la actual administración la petición de perdón es una medida simbólica que tiene por objetivo lograr “una reconciliación interna”, tal como ha dicho el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Es un gesto sin precedentes para enfrentar al pasado y reconocer la responsabilidad de los gobiernos ante las atrocidades y agravios en contra de pueblos y comunidades en el país.
¿Qué es la petición del perdón?
La petición del perdón implica reconocer la responsabilidad por parte del Estado ante la ejecución o la omisión de decisiones o acciones que han afectado a los individuos o comunidades. Es una medida simbólica de reparación, aunque insuficiente para alcanzar la justicia, es una forma de reivindicar la memoria histórica y de reconocimiento a las comunidades agraviadas.
Es parte de una política que impulsó la actual administración desde 2019, a través de la creación de la Comisión Presidencial para la Conmemoración de Hechos, Procesos y Personajes Históricos de México.
Las peticiones de perdón se enmarcan dentro de las conmemoraciones para recordar la historia de México en 2021.
Pero, ¿cuántas veces se ha pedido perdón y a quiénes?
El 3 de mayo de este 2021 el Presidente López Obrador viajó a la Península de Yucatán para ofrecer perdón por los agravios ocurridos al pueblo maya. Su petición estuvo limitada a la época de la Guerra de Castas, que ocupó un largo período de resistencia por parte de los pueblos mayas, desde el Siglo XIX hasta principios del XX (1847-1901).
Se le denomina así porque los pueblos mayas del sur y oriente de Yucatán se levantaron en contra de la población blanca (criollos y mestizos), que eran los latifundistas, establecida en noroccidente de la península.
Son varias las razones que empujaron al levantamiento, sin embargo, sobresale como herencia hispánica, que los pueblos mayas estaban sometidos por parte de la población ladina. Algunos historiadores afirman que los motivos que impulsaron estas luchas era que los indígenas mayas buscaban la autonomía comunal.
En 1846, Yucatán se declaró independiente, por lo que los pueblos indígenas mayas entraron a la guerra para combatir por su propia causa un año después. La Guerra de Castas se dividió en tres etapas: 1847-1849; 1850-1860 y 1861 a 1901.
En cada etapa los indígenas mayas avanzaron en la recuperación del territorio, no obstante, aunque se mantuvo en resistencia, el 3 de mayo de 1901, cuando el general Ignacio A. Bravo ocupó Chan Santa Cruz, se dio por concluida la Guerra de Castas. El saldo de víctimas de esta guerra fue de 250 mil personas, aproximadamente.
En 1901, Porfirio Díaz creó el estado de Quintana Roo y puso como primer gobernador a José María de la Vega, quien participó en la guerra en contra de los pueblos indígenas mayas. En 1903 tomó el poder Ignacio A. Bravo.
En este acto diplomático estuvo presente Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala, así como Ana Karen Dzib Poot, representante maya en Yucatán.
Posteriormente, un grupo de historiadores mayas Chuunt’aan Maya circularon una carta dirigida a López Obrador en el que dijeron que la petición de perdón puede ser una oportunidad para sentarse a conversar sobre lo que le han pedido “desde hace ya varias cartas: que se respete nuestro derecho a la libre determinación. ¿No fue por eso que también se levantaron nuestros abuelos?”
El 17 de mayo de este año, López Obrador junto a los gobernadores de Coahuila y Durango, en compañía del embajador chino Zhu Qingqiao, reconoció la responsabilidad del Estado por el ataque xenófobo a 303 personas de origen chino que fueron masacradas, en mayo de 1911 en Torreón, Coahuila.
Desde finales del Siglo XIX se establecieron en esta ciudad familias de migrantes chinas y otras comunidades como japoneses, sirio-libaneses o españoles.
La comunidad china huía de la tensión por las guerras del opio (1839-1842 y 1856-1860) en Cantón, y la Rebelión Taiping (1850-1864); buscaban llegar a Estados Unidos en donde ya había comunidades asentadas.
Entre el 13 y 15 de mayo de 1911 tropas maderistas, encabezadas por Benjamín Argumedo (quien fue fusilado) masacraron a la comunidad china asentada en Torreón.
El origen de estos ataques derivan de la marcada xenofobia y discriminación que se extendió en una campaña antichina no sólo local sino que resaltaba en el norte del país: se les acusaba de apropiarse de las fuentes de trabajo. Sus negocios eran atacados constantemente y denigrados. En algunas ciudades las personas agricultoras chinas eran despojadas de las tierras y se construyeron barrios que confinaban a las comunidades orientales.
En Sonora y Sinaloa se les obligaba a quitarse el nombre oriental y a llamarse Pedro, Juan o Manuel, tal como afirma la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en un comunicado oficial.
Como parte de la petición de perdón falta la comunidad yaqui, quienes fueron víctimas de tortura y fue esclavizada durante el Porfiriato. Muchas personas indígenas yaquis fueron llevadas al sureste para trabajar como esclavos en las haciendas henequeras y otros, en el norte del país.
Se prevé que este 28 de septiembre, el Ejecutivo Federal firme tres documentos históricos, entre ellos acuerdos que sustentan el Plan de Justicia de Pueblo Yaqui. Por un lado, la tierra y el territorio, por el otro lado el derecho el agua y su bienestar y desarrollo integral.