El 18 de noviembre de 1901 hubo una redada policiaca en Ciudad de México, específicamente sobre la cuarta Calle de La Paz –actualmente es Ezequiel Montes- ¿la razón de la redada? 41 hombres en un baile, algunos vestidos de mujeres.
En su momento fue un escándalo en Ciudad de México, pero más allá de eso, ¿qué implicaciones sociales y culturales tuvo? ¿Qué fue de los 41? ¿Realmente estuvo el yerno de Porfirio Díaz?
Once Noticias conversó con Ismael Espinoza, maestro en historia por la UNAM, especializado en temas de género del Siglo XX, quién así dio cuenta de ese momento de la historia mexicana:
“El baile de los 41 es considerado por algunos historiadores e investigadores como una ‘salida del armario’ forzoso de la diversidad sexual de México”, indicó.
Ismael Espinoza comentó que en algunos periódicos se les señaló a estos 41 como “afeminados”, quienes se encontraban en una reunión, a la cual la policía, con refuerzos, ingresó al lugar.
El resultado de la redada dejó a 42 hombres detenidos, poco a poco creció la leyenda de que habían detenido a 41, la mayoría no dio su nombre real aunque no hay muchas certezas en las fuentes.
“Se empieza a crear una teoría en la que el faltante era Ignacio De La Torre y Mier, yerno de Porfirio Díaz, lo cual se convirtió en un ataque político al entonces presidente de la República y que terminó con las aspiraciones políticas de Ignacio, quien se exilió en Nueva York”, declaró.
Además señaló que periódicos como el Hijo del Ahuizote fue certero con las críticas al régimen de Díaz. Aquel diario reportó que eran hombres de alta clase social, quienes fueron corrompidos por dinero.
“Sólo se han podido corroborar tres o cuatro nombres de los 41, se sabe que los detenidos fueron llevados con el gobernador del Distrito Federal, Justino Fernández, quien los detuvo y los castigó rapándolos para que “parecieran hombres”, posteriormente los mandó a barrer las principales calles de la ciudad vestidos de mujer”, relató Ismael Espinoza.
En el entonces Código Penal del Distrito Federal, no era penado el ser homosexual, sin embargo, fue un tema en la sociedad porfiriana. ‘Los 41’ fueron humillados y sobajados a manera de escarmiento.
De acuerdo con la historia, sólo quedaron 16 detenidos, por lo que se presume el resto utilizó influencias para salir de prisión.
El historiador indicó que si bien la homosexualidad era un tema tabú, se da su visibilización, aunque de forma negativa. De hecho el número 41 se volvió un estigma, era un número que no se encontraba en cuarteles generales o números de nómina.
“Alonso Hernández notó que en la calle Ezequiel Montes no existe el número 41, pasa del 40 al 42, en muchos poblados pasa algo similar, incluso hubo personas que pasaron de tener 40 años a 42 años, con tal de no ser considerados homosexuales”.
Agregó que cerca de la calle de Ezequiel Montes, que da hacia Paseo de la Reforma, donde actualmente se encuentra la Lotería Nacional, se encontraba la casa de Ignacio de la Torre, a sólo unos metros de la redada, lo que alimentó la leyenda del 42.
“Es un tema que ha salido recientemente, y con eso me refiero a los últimos 20 años. Un grupo de historiadores estadounidenses retomaron la investigación. Pero quién da a conocer a grandes rasgos este baile, es Carlos Monsiváis, con su texto ‘Los 41 y la redada’”, explicó Ismael Espinoza.
De ahí investigadores cómo Miguel Capistrán, Michael K. Schuessler, Alonso Hernández y otros investigadores han tratado el tema y le han dado más discusión y profundidad.
“Actualmente con la película ‘El Baile de los 41’ se ha vuelto a hablar del tema, aunque el filme ha sido cuestionado porque sale la figura de Ignacio de la Torre y Mier, cuando no hay ninguna certeza de que éste haya estado en el baile, por lo que la película es considerada ficticia”, agregó.
Antes de la película se habla del tema en la prensa de la época, las caricaturas de Posadas y la novela dramática de “Los Cuarenta y uno”, publicada en 1906, quien según Ismael, es un texto con tintes muy moralistas.
“Cuando se retomó en su momento el ‘Baile de los 41’, sirvió como parte de una reivindicación histórica; ha tenido una relevancia como una forma de identificación y de reconocimiento entre las comunidades”, externó.
El historiador finalizó comentando que la historia ha sobresalido pero en un sentido peyorativo y de estigmatización.