El pasado 20 de mayo, una petición de Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, puso al oficio de rotulista en el ojo de la sociedad.
La alcaldesa mandó borrar los coloridos rótulos de comercios callejeros bajo el argumento de “poner orden y disciplina” y de “mejorar la imagen urbana” en la demarcación.
“Hay que ser congruentes, no estamos quitando el trabajo, pero sí es mi obligación dar una mejor imagen a los que viven en la alcaldía. Se trata de sencillamente de limpieza, se trata de orden”, dijo la alcaldesa, que representa a la coalición PRI-PAN-PRD.
La decisión generó diversas críticas, en la que además, señaló que los comerciantes estuvieron de acuerdo tras una reunión que sostuvo con líderes.
Con el paso de los días la inconformidad creció y en redes sociales se alzó la voz para exigir a través de una consigna #ConLosRótulosNo. Fue así que artistas gráficos, diseñadores (as), artistas populares, grafiteros (as), muralistas, rotulistas y ciudadanía comenzaron a organizarse para protestar por la decisión política de la alcaldesa y se creó la Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular (RECHIDA).
El borramiento, no obstante, hizo evidente dos situaciones, por un lado, que detrás de estas decisiones políticas se revela un proceso de gentrificación y por otro, y no menos relevante, el interés de un oficio que surgió y tuvo fuerza desde principios del Siglo XX, pero dado el paso del tiempo, el avance de la tecnología y otras adaptaciones es cada vez más escaso.
Once Noticias conversó con el maestro rotulista Martín Hernández, quien tiene más de 40 años dedicándose al “arte de las letras”. Él, como otros maestros, ejerce este oficio en la famosa calle República de Perú, en el Centro Histórico.
Así también Yuriko, especialista e integrante de RECHIDA, compartió con el medio algunas reflexiones sobre el trasfondo que hay detrás de estas decisiones políticas que apuntan, tal como señaló, al borrado no sólo de un oficio sino del interés que hay detrás –y que ha crecido con los años– de la gentrificación en la urbe y del borramiento de rótulos y con ellos de las expresiones populares de sus habitantes.