Reportajes especiales

“Forjar excelentes estudiantes significa el progreso”: profesor más longevo del IPN

Modesto Cárdenas es maestro en Ciencias y ejerció la docencia por 55 años

Modesto Cárdenas García, tiene 78 años, es originario de San Marcos Tlazalpan, una comunidad situada en el municipio de Morelos, en el Estado de México, donde ahora existen tres mil 40 habitantes.

Es maestro en Ciencias y ejerció la docencia por 55 años y es considerado el profesor más longevo del Instituto Politécnico Nacional (IPN). En su sangre corre el color guinda y blanco, es así porque desde muy joven se vinculó con esta su alma mater. Estudió en la Vocacional 4, ubicada en ese entonces en la calle de Allende número 38, en el Centro Histórico de Ciudad de México.

Animado acepta conversar con Once Noticias sobre su amplia estadía en esta institución. Vestido con traje negro, el académico afirma que en sus años mozos, deseaba estudiar Ingeniería Electrónica, por ello acudió a realizar su examen para ingresar a una preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En esos días analizó con otros alumnos las ventajas de estudiar en la Máxima Casa de Estudios. Al final le convencieron de que la mejor opción era la entonces la Vocacional Única de Ingeniería número  4.

Fue así como en el año de 1963 inició su afecto por el Politécnico. El destino lo condujo a estudiar la licenciatura de Físico y Matemáticas, una disciplina dura, llena de desafíos, pero que le ha generado muchas satisfacciones.

“Fue un choque violento porque yo, con franqueza lo digo, fui el tercer mejor promedio de la secundaria de donde egrese que era la anexa a la Escuela Normal de Maestros y me sentía privilegiado, pero el primer examen de matemáticas que hice en la Voca 4, saque cinco de calificación, nunca me habían puesto cinco y entonces eso significó un reto y dije:  ‘yo no vuelvo a sacar un cinco’ pero me implico mucho esfuerzo de estudio, fue muy beneficioso para mí porque había profesores que apreciaba mucho y fueron quienes me enseñaron a estudiar disciplinadamente”, confiesa emocionado.

Con el cabello entrecano, paciente, agrega que desde que conoció el plan de estudios de la Escuela Superior de Física y Matemáticas decidió que ese era el camino y fue así como se incorporó a esa institución, ahí cambio aquel 5 por un 9.2 de promedio general. 

El ahora presidente del Decanato del IPN -título nobiliario para los profesores que se han distinguido en el desempeño profesional y su actividad académica- reconoce amplias diferencias entre la educación de su época con la actual.

“Son muy grandes las diferencias, en aquel tiempo todo estaba centrado en el profesor, él era la guía, la fuente de los conocimientos, la educación para el trabajo sistemático, la inspiración, lo era todo el profesor (…) Creo que eso ha cambiado bastante”, resalta.

Ahora, dice, la formación fomenta la participación de los alumnos a fin de que sean ellos quienes por medio de los libros y documentos enriquezcan sus conocimientos.

Entrado en años, dice extrañar los fines de semana en las aulas, pues los alumnos podían permanecer ahí, incluso los sábados y los domingos.

“Entonces las escuelas estaban saturadas de estudiantes, no tomando clases sino en los salones estudiando entre sí, en forma de grupos y la competencia de grupos era tremenda, por saber qué grupo saldría mejor en el siguiente examen, eran grupos de estudio y eran muy famosos. Era una época muy buena porque permitió una formación bastante sólida”, admite con cierta nostalgia.

Cárdenas García recuerda además que en esas fechas su equipo de baloncesto se enfrentó contra los “grandulones” de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) y de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) y obtuvieron un triunfo, lograron llevar a la Escuela de Física y Matemáticas a un subcampeonato.

Además del deporte, los maestros dejan huella, el decano recuerda que existieron varios que lo dejaron marcado de buen modo, uno de ellos fue el profesor Feliciano Sánchez, quien introdujo la Física Experimental en el Politécnico.

“Fui uno de sus primeros alumnos, y me dirigió la tesis, lo hizo con tanta pasión que trabajamos en la Escuela de Físico Matemáticas de día y de noche. Nos quedábamos noches enteras a hacer experimentos y después estudiarlos para entenderlos teóricamente. Él se entusiasmó a tal grado que en tres meses ya teníamos la tesis escrita”, señala.

Por todo ello recomienda a los alumnos estudiar apasionadamente, constantemente: “que entiendan que pueden ser tan buenos como los alemanes, rusos o los chinos y que lo pueden hacer en cualquier institución del mundo”.

“Que valoren lo que es el Politécnico, que es una gran institución mexicana, original, peculiar, que ha dado oportunidad a muchos jóvenes de escasos recursos, que de otra manera no habrían tenido oportunidad de brillar intensamente en ciencia y tecnología”.

Pero su mensaje no se limitó a los escolares sino también a los maestros, a ellos les envío este mensaje: 

“Lo mejor para transmitir el conocimiento, para formar a un joven, buen maestro, e investigador es que los alumnos descubran lo que es hacer ciencia en la licenciatura y de esa manera desarrollar sus capacidades, de abstracción, de observación, de análisis, de síntesis y su creatividad aumentará, se forjaran como unos excelentes estudiantes, mejores que uno. Eso significa el progreso”, concluyó.

Deja un comentario

Back to top button