Reportajes especiales

Migrante maya detenida en Tamaulipas se reencuentra con su familia

La familia Alonzo Santizo y su pueblo mantienen esperanza para que la Fiscalía Estatal libere a Juana, dadas las violaciones a sus derechos humanos

Juana Alonzo Santizo fue puesta en libertad el pasado 21 de mayo.

Luego de tres años de espera, Pedro Alonzo García y Ana Maltilde Gómez, tíos de Juana Alonzo Santizo, se reencontraron con ella al interior del Centro de Ejecución de Sanciones en Reynosa, Tamaulipas. El reencuentro se dio luego sostener una reunión con representantes de la Fiscalía Estatal, para dialogar sobre el caso.

Hasta ahora la familia y el pueblo, espera la respuesta de la Fiscalía. Mantienen la esperanza para que Juanita, como es llamada de cariño, sea liberada.

El reencuentro fue posible luego de que Pedro y su esposa Ana llegaron a México con la XVI Caravana Centroamericana de Padres y Madres que buscan a sus familiares desparecidos en México, organizada por Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM).

Durante su estancia, los tíos de Juana, acompañados por Promotores de la Liberación Migrante (PLM) así como por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) y el Programa de Asuntos Migratorios (PRAMI), de la Dirección General de Formación e Incidencia Ignacianas (DGFII) de la Universidad Iberoamericana, sostuvieron una exigencia: ¡Libertad inmediata para Juanita!

El reencuentro con Juana al interior del Penal

Pasaron tres años desde la última vez que vieron a Juanita. En este tiempo, que han sido largos años de incertidumbre, la familia Alonzo Santizo no ha perdido la esperanza para que algún día Juana regrese al pueblo, a su casa.

En suma son 7 años y 6 meses los que lleva Juanita en una tierra ajena y en donde se ha enfrentado a las pesadillas que alguna vez escuchó en las soterradas historias sobre la migración, pero que nunca imaginó que viviría de forma encarnada. 

Y es que alrededor del mito del ‘sueño americano’, está una realidad sombría que pone en peligro  a las personas que enfrentan un tránsito hacia Estados Unidos. En el caso de Juana no sólo fue su condición migratoria, sino ser mujer e indígena.

Pedro Alonzo García junto a su esposa, Ana Matilde Gómez, viajaron el viernes pasado para reencontrarse en el Centro de Ejecución de Sanciones de Reynosa, Tamaulipas, con su sobrina Juanita. La visita duró algunas horas. Por la noche, Pedro y Ana volvieron a Ciudad de México, para luego tomar un vuelo de vuelta a San Mateo Ixtatán, en el departamento Huehuetenango, Guatemala, de donde es originaria la familia Alonso Santizo.

“Ay, fue muy emotivo”, afirma Don Pedro, desde el otro lado del monitor de la computadora de su hija. La señal de internet es inestable desde allá, pero logra conectarse para conversar con Once Noticias.

Pedro y Ana llegaron puntuales al Penal en Reynosa. Juanita ya los esperaba con un almuerzo que les preparó. En principio, las autoridades negaron el paso a Pedro y Ana, porque ese día había una celebración por el Día de las Madres dentro del penal, pero insistieron porque Juanita ya tenía el almuerzo y además, sólo tenían algunas horas para verla.

En el encuentro hubo emoción. Pedro comparte, con una pequeña sonrisa, que fue inevitable aguantarse las lágrimas:

“Hubo chilladera, emoción, pues Juanita se puso muy contenta a la llegada, pero a la despedida la dejamos un poquito triste. Estuvo bien bonita la visita con Juanita. Platicamos muchas cosas. Ella preguntó por la familia, cómo están, cómo hemos estado sin presencia de Juanita”, compartió Pedro a Once Noticias.

Conversaron y sus tíos actualizaron a Juana sobre las noticias familiares y lo que ha pasado en el pueblo. Tuvieron la oportunidad de conocer la capilla que hay al interior de este centro. Juanita los llevó ahí. También los llevó a conocer el lugar donde lava y tiende su ropa. Almorzaron.

Fue inevitable no hablar sobre su proceso legal y sobre todo, Juana les preguntó cuándo es que saldría en libertad:

“Ella nos preguntaban que ‘en cuánto tiempo voy a salir’. Le dijimos, ‘pues pronto’. Nos quedamos para decir que hay que rezar”.

Sus tíos perciben que Juanita está bien físicamente, pero saben que psicológicamente está afectada:

“hay algo que está afectando adentro. Está traumada. Tiene tal vez alguna enfermedad psicológica. No puede expresar, al expresar su historia empieza a llorar. Juanita sí está sufriendo de verdad”, señaló Pedro al medio.

Pero el dolor no terminó ahí. Luego de que Ana y Pedro regresaron a San Mateo Ixtatán, en donde los esperaba la familia de Juana, sus padres y hermanos, se fracturó el halo de esperanza, ya que pensaban que Juanita volvería de la manos de sus tíos, pero no fue así.

El 17 de mayo la familia Alonzo Santizo se reunió con el Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODES), también con los ancianos del pueblo, así como con diferentes líderes religiosos.

Pedro les puso el video que grabaron en el camino. También les mostró un mensaje de Juanita hacia su pueblo.

“Ellos se llenaron de emoción y prometieron rezar por ella. Económicamente no podemos ayudar, pero en la oración nos comprometemos a orar por Juana”, señalaron.

Josselyne García, integrante de la organización guatemalteca PLM, compartió a Once Noticias que el lunes fue el cierre de la etapa de instrucción. Esto fue parte del compromiso que hizo la defensa legal de Alonzo Santizo, llevada a cabo por la Defensoría Pública.

Expresó que en la reunión que sostuvieron con la Fiscalía General Estatal no estuvo el titular, Irving Barrios, sino un representante. Además también estuvieron su organización acompañadas de integrantes del Centro Prodh y del Programa de Asuntos Migratorios de la Ibero.

Las conclusiones de esta reunión fueron que: “se comprometieron en revisar el caso de Juanita y  valorar el expediente”:

Uno de los logros que resaltó es que la Defensoría, quien tomó el caso hace seis meses, logró incluir en el expediente de Juana, la recomendación del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria, del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la recomendación que emitió la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

“No estaba en su expediente para su proceso. Con base en esos documentos se iba a analizar y consultar, para ver la posibilidad de presentar en acto conclusivo la desestimación o no de los cargos”, enfatizó la defensora Josselyne.

También relató que la Ibero, a través del PRAMI, realizan las gestiones pertinentes para ver la situación de las visas y tarjetas por razones humanitarias, para la familia Alonzo Santizo, con el objetivo de facilitar el tránsito para la defensa de Juanita.

La defensora calificó como emblemático el caso de Juana, dadas las violaciones a sus derechos humanos. Dijo que están a la expectativa, junto a la familia, para que la resolución sea a favor de la libertad de Alonzo.

En el mismo tenor, Pedro agregó que esperan que la Fiscalía “acepte sus errores […] A lo mejor no quieren aceptar sus errores que hicieron con Juanita. Que hagan su trabajo, porque la verdad Juanita es inocente. Deben liberar a Juanita, pero esperamos que lo vayan hacer”, concluyó Pedro detrás del monitor.

¡Libertad para Juanita!

Juana Alonzo es una mujer migrante maya chuj y está detenida desde hace 7 años y 6 meses en Reynosa, Tamaulipas. Su caso, dadas las diversas violaciones a sus derechos humanos que incluye detención arbitraria por parte de elementos de la Policía Ministerial de la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ), ahora Fiscalía General, tortura, trabajos forzosos y ausencia de un traductor (dado que sólo hablaba maya chuj), ha llegado a instancias nacionales y también a organismos internacionales de las Naciones Unidas.

En conferencia de prensa matutina, del jueves 19 de mayo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador también se pronunció por el caso y pidió el apoyo de Francisco García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas, para liberar de forma inmediata a Alonzo Santizo.

Por la tarde, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) urgió al poder judicial de Tamaulipas para resolver la situación jurídica de Juana y exigir se pronuncie, dado que hasta la fecha no hay una sentencia y eso contraviene el plazo constitucional establecido, de acuerdo a su pronunciamiento en redes.

Reconoce que en el proceso penal de Juana Alonzo Santizo, en contexto de movilidad y pobreza, se han acreditado violaciones a sus derechos humanos: fue presuntamente acusada de secuestro. Previamente y, según la declaración de Alonzo, fue retenida por traficantes de personas al querer llegar a Estados Unidos y sometida a trabajos forzados.

En su detención arbitraria se le dio a firmar un documento sin informarle su contenido y no tuvo un traductor ni asistencia jurídica adecuada. Fue en su estancia en centro penitenciario que Juana aprendió a hablar español.

Hasta ahora la familia, así como las organizaciones acompañantes y la Defensoría están a la espera de las conclusiones de la Fiscalía Estatal por lo que será en los próximos días que se conozca la resolución jurídica.

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