Reportajes especiales

Municipios de Oaxaca, Guerrero y Chiapas concentran mayor población en pobreza

En una década, cinco municipios se han mantenido con mayor población en situación de pobreza Aldama, Chanal, Chalchihuitán y San Juan Cancuc (Chiapas); y San Simón Zahuatlán (Oaxaca)

En México, en 9 de cada 10 municipios indígenas, más de 60% de su población se encuentra en situación de pobreza. Estos se concentran en regiones que históricamente han registrado mayores rezagos a nivel nacional: Nayar, Tarahumara, Altos de Chiapas y Mixteca (Oaxaca, Puebla y Guerrero), tal como exponen los resultados de Medición de Pobreza Municipal 2020, del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Los datos apuntan a que la pobreza prevalece en las comunidades indígenas del país. Sin embargo, existe un contrapunto con los municipios al norte del país, cuyos porcentajes en pobreza son menores, y en cuyo panorama la diferencia de los datos resultan inauditos. ¿Qué ocurre para que en el país existan diferencias contrastantes en pobreza? ¿Por qué el sur del país continúa con los mayores porcentajes de pobreza? ¿Hacia dónde va la utopía del combate a la pobreza? Goneril Paloma Gutiérrez Sifuentes, maestra en Desarrollo Regional (El Colef) y especialista en Desarrollo Social (UNAM), en entrevista con Once Noticias, señaló que uno de los datos más preocupantes es la prevalencia de la pobreza y pobreza extrema en municipios indígenas.
“En los 623 municipio del país donde más de 40% de su población son indígenas, hay 7.7 millones de personas en situación de pobreza. La media es de 85.8%, es un dato alarmante que indica que la mayoría de las personas en estos municipios están bajo una condición de pobreza”, afirmó Paloma Gutiérrez.

San Simón Zahuatlán, el municipio más pobre del país

De estos municipios destaca el de San Simón Zahuatlán, en Oaxaca. Es parte de la región mixteca y, según el Censo de Población y Vivienda de INEGI (2020), hay 4 mil 942 habitantes, de los cuales 99.6% se encuentra en situación de pobreza, lo que lo posiciona como el municipio con el mayor porcentaje de pobreza en el país. A la lista se suman los municipios de Aldama, Chanal, Chalchihuitán y San Juan Cancuc, en Chiapas. Estos municipios comparten características demográficas, territoriales  y económicas particulares: son municipios indígenas y las principales actividades económicas que se desarrollan son en el sector primario; su población oscila entre 312 y 47 mil 837 habitantes; se localizan en zonas altas y en sierras en el sur del país. Seis de cada diez personas residen en localidades con baja o muy baja accesibilidad a carreteras pavimentadas, señala Coneval. En el caso de San Simón Zahuatlán la situación no ha cambiado en los últimos años. En 2015, se registraba que 15.8% de la población se encontraba en situación de pobreza moderada y 83.6% en situación de pobreza extrema. Con los datos actualizados de Coneval, se registró que 84.33% de la población de este municipio se encuentra en situación de pobreza extrema y 15.32% en pobreza moderada. Según la desagregación por algunas carencias, los datos se vuelven más crudos:
  • 100% de la población tiene al menos una carencia social
  • 87.33% tiene al menos tres carencias sociales
  • 96.12% de la población carece de acceso a seguridad social
  • 66.50% carece de acceso a los servicios básicos en la vivienda
  • 58.32% de la población carece de acceso la alimentación
Está situación impacta en la vida de las personas. La pobreza continúa como una de las causas que motiva, por ejemplo, a las personas a migrar. Hasta este año, por ejemplo, al cruzar los datos de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas, de 189 mil 621 personas repatriadas de Estados Unidos hacia México, 20 mil 025 son originarias de Oaxaca. Pese a que no están desagregados por municipios, destaca que esta entidad ocupa el segundo lugar a nivel nacional, después de Guerrero, con mayor número de repatriaciones de mexicanos desde el país vecino. Paloma Gutiérrez refirió que este municipio en términos porcentuales encabeza la lista de los municipios más pobres del país, pero que se debe considerar también que es con respecto al número de su población (menos de 10 mil personas). Dijo que en términos de números de personas es León quien encabeza la lista, seguido de Ecatepec, Iztapalapa, Puebla y Nezahualcóyotl, es decir zonas metropolitanas y de mayor densidad poblacional.

El contraste: San Pedro Garza, en Nuevo León

La situación de este municipio indígena contrasta con el caso de San Pedro Garza García, en Nuevo León, en donde sólo 5.5% de su población está en situación de pobreza, esto equivale a que 6 mil 338 personas viven bajo esa condición. En total hay 118 mil 113 habitantes en este municipio, según datos del censo de INEGI 2020. Además, de una lista de 15 municipios con menor porcentaje de pobreza, once se encuentran en Nuevo León, y tres de ellos (San Pedro Garza García, San Nicolás de los Garza y Abasolo) pertenecen a la zona metropolitana de Monterrey.
“Hay varias aristas que se deben analizar en este caso, principalmente a nivel estatal. En principio, desde la firma del Tratado de Libre Comercio, en la década de los noventa, Nuevo León se ha beneficiado de altos niveles de productividad, en parte porque ha tenido inversión pública y privada que ha impulsado la formación de capital humano altamente calificado con el objetivo de incorporarlos en la industria de la región”, señaló la especialista.
Además destaca su ubicación geoestratégica al ser vecino de Estados Unidos, ya que se ha visto favorecido, como otros estados fronterizos e industrializados.
“Estas facilidades comerciales que se tienen hacia Estados Unidos repercuten en los niveles de bienestar que pueden tener estos estados. Si observamos los municipios donde se tiene las mas bajas concentraciones de pobreza (menos del 10%) la lista la encabezan 10 municipios de Nuevo León y algunos otros de la región norte del país”, describió la especialista.
No obstante, enfatizó que es importante analizar la cuestión de los programas sociales, porque Nuevo León es una de las entidades que reciben menores cantidades de transferencias por conceptos de programas sociales. Mientras que los estados del sur del país, reciban mayores transferencias monetarias por conceptos de programas sociales. “Esto lleva a cuestionar qué tanto las transferencias sociales combaten la pobreza. Es importante repensar la forma en la que se ha combatido la pobreza en México, porque no bastan las tran –que se ha tratado de impulsar a través de consagrar ciertos programas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos–.  Las políticas deben ser sinérgicas y pensarse de forma integral: la política social debe integrarse con la política económica y revalorizar el mundo del trabajo porque contribuye a disminuir la pobreza”, enfatizó.

La utopía: los no pobres y no vulnerables

Paloma Gutiérrez dijo que el ideal de la política para combatir la pobreza tiende a que las personas no tengan carencias sociales ni carencias por ingreso, como ocurre en algunos municipios de Nuevo León. Coneval detalla que la mitad de la población no pobre y no vulnerable se concentra en 46 municipios urbanos, principalmente en Ciudad de México, Estado de México y Nuevo León. Sólo en 527 de los 623 municipios indígenas, 5% o menos de su población se encuentra en situación de no pobre y no vulnerable. Paloma subrayó que para combatir la pobreza se debe poner énfasis en el tema de las desigualdades, ya que si bien ambas son problemas estructurales vinculados, la desigualdad es un problema central y transversal.
“Hablamos de la pobreza como un fenómeno social donde identificamos y personificamos a las personas que viven bajo esa situación, incluso las políticas se centran a atenderlo como un problema de la persona, por eso se dan transferencias de programas sociales, porque tratan de garantizar ciertos beneficios. Sin embargo, la desigualdad se materializa en las confrontaciones de los polos opuestos en municipios como San Pedro Garza y San Simón Zahuatlán”, afirmó.
La especialista enfatizó que también las políticas sociales deben retomar un análisis de desarrollo regional para incorporar la cuestión del territorio, no como un espacio contenedor sino como un entorno en donde suceden las interacciones sociales. “El territorio importa y se deben generar estrategias particulares, descentralizar los recursos para que las políticas tengas más juego a nivel municipal. Debe ser central en las política sociales el tema de la desigualdad, el combate a la discriminación de los pueblos indígenas, así como revalorizar el mundo del trabajo”, concluyó.

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