El presidente del Comité Científico del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), Francisco Maraver, recordó que la ingesta diaria de agua recomendada es de 2 a 2.5 litros para las mujeres adultas y de 2.5 a 3 litros para los hombres adultos, según las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
“Es recomendable que esa ingesta de agua se lleve a cabo mediante pequeños sorbos, realizados de manera frecuente, y distribuidos a lo largo del día. En concreto, es conveniente evitar la sed, ya que esta es la primera señal de alarma que nos avisa de que nuestro organismo está deshidratado”, advirtió el también profesor titular de la Cátedra de Hidrología Médica de la Universidad Complutense de Madrid.
En este contexto, el doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid comentó que alrededor de 60% del peso corporal está compuesto por agua.
Esto hace que el agua sea uno de los principales nutrientes del organismo, al desempeñar múltiples funciones vitales que resultan esenciales para el perfecto funcionamiento del organismo como son la respiración, la saliva, el sudor, o el funcionamiento de órganos vitales, entre otras explicó.
Por este motivo, el experto defendió que el agua es la bebida esencial que necesita nuestro cuerpo y que, por tanto, la que mejor asegura una adecuada hidratación del mismo.
Además, insistió en que si a la hora de hidratarnos lo hacemos con agua mineral natural estamos aportando a nuestro organismo un agua 100% natural, de calidad, y sin ningún tipo de tratamiento químico.
“El agua mineral natural aporta, además, numerosos beneficios para nuestra salud, gracias a su composición específica rica en minerales y en oligoelementos. Esta composición puede, igualmente, consultarse en el etiquetado impreso en cada botella de agua, lo que permite que el consumidor pueda elegir el agua que mejor se adapte a sus preferencias y a sus necesidades. Por otro lado, y a diferencia de otras bebidas que contienen alcohol o azúcares, no aporta ninguna caloría”, resaltó el doctor Maraver.
¿Agua mineral o de grifo?
Asimismo, explicó que el agua mineral natural es un producto alimentario, procedente de acuíferos subterráneos, protegidos de toda contaminación y envasado a pie de manantial, en condiciones de extrema asepsia, para proteger su pureza natural.
Son aguas bacteriológicamente sanas ya desde su origen, por lo que no necesitan someterse a ningún tratamiento químico ni bacteriológico de desinfección para su consumo. Esto permite que lleguen al consumidor con todas las características que tienen en la naturaleza, manteniendo siempre constante su composición mineral que, como decía anteriormente, puede consultarse en el etiquetado y hace única a cada variedad de agua mineral. Por eso, podemos decir que no hay dos aguas minerales iguales remarcó.
Es más, sostiene que para obtener el calificativo de “agua mineral natural” se requiere el cumplimiento de una serie de exigencias muy estrictas, además de un largo y exigente expediente administrativo, en el que intervienen las autoridades competentes en minas, sanidad y medioambiente.
Al poder conocer su composición constante, gracias al etiquetado impreso en cada botella de agua mineral, recuerda que podemos conocer las propiedades específicas que cada variedad de agua mineral tiene para la salud.
“Las aguas minerales son agua sanas y puras desde su origen. Podemos afirmar que tienen un plus de calidad pero, como como decía al principio, se trata de dos productos completamente distintos, aunque complementarios e irreemplazables”, comentó el experto.
Por el contrario, indica que el agua del grifo es un servicio público, cuyo abastecimiento y calidad deben estar garantizados por la administración pública.