Los tratamientos para combatir los tumores se basan principalmente en linfocitos T CD8.
Un equipo de investigación dirigido por la Universidad de Ginebra (UNIGE) en Suiza, ha investigado los linfocitos T CD4 y han descubierto que cuando los pusieron directamente en contacto cercano con las células cancerosas, hasta un tercio de ellas también podían matarlas.
Este significativo descubrimiento amplía las perspectivas terapéuticas basadas en la administración de linfocitos T CD4 a pacientes resistentes a las terapias convencionales.
Hasta ahora, una gran proporción de pacientes no responde a estos tratamientos con linfocitos T CD8, que se especializan en detectar y eliminar infecciones intracelulares y en matar células cancerosas.
Esto llevó a un equipo de investigación del Swiss Cancer Centre Léman (SCCL) a reunir a las universidades de Ginebra (UNIGE) y Lausana (UNIL), el Instituto Ludwig para la Investigación del Cáncer (LICR), EPFL y CHUV para investigar los linfocitos T CD4.
Si bien estos juegan un papel de apoyo con las células T CD8, su capacidad para eliminar directamente las células tumorales ha sido motivo de controversia.
Utilizando tecnologías innovadoras de nanoimagen diseñadas en el laboratorio de EPFL, los científicos descubrieron que cuando los linfocitos T CD4 se ponían directamente en contacto cercano con las células cancerosas, hasta un tercio de ellos también podría matarlos.
Este descubrimiento es significativo y amplía las perspectivas terapéuticas basadas en la administración de linfocitos T CD4 a pacientes resistentes a las terapias convencionales.
Cuando las células cancerosas proliferan en nuestros cuerpos, nuestro sistema inmunológico se activa.
La primera línea de combatientes capaces de destruir las células tumorales son los linfocitos T CD8 conocidos como linfocitos T citotóxicos, respaldados por linfocitos T CD4.
Estos últimos secretan factores que ayudan al primero de muchas formas.
Es por eso que muchos tratamientos contra el cáncer se basan en linfocitos T CD8”, explicó Camilla Jandus, última autora del estudio.
Desafortunadamente, algunos pacientes no responden a estos tratamientos, por lo que tenemos que encontrar otros nuevos”, agregó.
El equipo de SCCL centró su atención en los linfocitos T CD4, que ofrecen un apoyo invaluable a nuestro sistema inmunológico.
Estos tienen un espectro mucho más amplio de especializaciones funcionales que los linfocitos T CD8 y durante mucho tiempo no supimos con certeza si tenían la capacidad de diferenciarse en linfocitos asesinos”, comentó Pedro Romero, profesor del Departamento de Oncología Fundamental de la Facultad de Medicina y Biología de la UNIL.
Los investigadores aislaron los linfocitos T CD4 tanto de la sangre como de fragmentos de los tumores con la idea de compararlos directamente.
Las células tumorales disociadas y las células T CD4 se incubaron conjuntamente para observar su comportamiento individualmente.
Para gran satisfacción de los científicos, la integración de alto rendimiento de los datos de imágenes dinámicas mostró que hasta un tercio de los linfocitos T CD4 lograron matar la célula tumoral a la que estaban estrechamente vinculados en cinco horas.