Un proyecto de vacuna contra la malaria demostró una eficacia sin precedentes del 77% en ensayos clínicos en África, augurando un gran avance en la lucha contra esta enfermedad que mata principalmente a niños, anunció la Universidad de Oxford.
Esta vacuna, R21/Matrix-M, es la primera que alcanza el objetivo de eficacia del 75% fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según la universidad, que colabora en su desarrollo con la farmacéutica estadounidense Novavax.
Publicados en la revista científica The Lancet, “estos nuevos resultados dan grandes esperanzas sobre el potencial de esta vacuna”, comentó en un comunicado el profesor Adrian Hill, director del Instituto Jenner de Oxford, que también desarrolló la vacuna contra el covid-19 con AstraZeneca.
Este suero, que podría aprobarse para su uso en un plazo de dos años, da esperanzas frente al temor de que la malaria se vuelva resistente a los tratamientos.
Esta enfermedad parasitaria transmitida por un mosquito mató a más de 400 mil personas en el mundo en 2019, dos tercios de ellos menores de cinco años. La inmensa mayoría de los casos (94% de los 229 millones de infecciones en el mundo) y de las muertes se producen en África, según la OMS.
Según un ensayo de fase dos realizado en 2019 con 450 niños de entre 5 y 17 meses en Burkina Faso, la vacuna de la Universidad de Oxford mostró una eficacia del 77% en quienes recibieron una dosis alta y del 71% en los que recibieron una dosis más baja.
No se observaron efectos secundarios graves. Ya se empezó a reclutar a 4 mil 800 niños en cuatro países africanos para la fase final de los ensayos clínicos.
La vacuna puede fabricarse a gran escala y bajo coste, según sus creadores.
Una asociación con el Serum Institute of India (SII), que también produce la vacuna contra el coronavirus de Oxford/AstraZeneca, permitirá “fabricar al menos 200 millones de dosis anuales en los próximos años”, según Hill.
Otra vacuna, desarrollada por el gigante británico GSK, fue administrada a unos 650 mil niños desde 2019 en Malawi, Ghana y Kenia como parte de un programa piloto de la OMS.
Pero es menos eficaz, ya que previene 4 de cada 10 casos de malaria, y 3 de cada 10 casos de malaria grave potencialmente mortal.