Las recetas de opioides aumentaron considerablemente en la década de 1990 cuando las empresas promovieron agresivamente los medicamentos, utilizados durante mucho tiempo, principalmente, en pacientes con cáncer, como una forma segura de tratar todo tipo de dolor crónico.
Las sobredosis de opioides, incluidas las píldoras recetadas y la heroína, aumentaron aún más durante la pandemia de COVID-19.
“Subieron 38% en 2020 con respecto al año anterior y otro 15% en 2021”, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
La agencia ha atribuido gran parte del aumento reciente en los casos de sobredosis al fentanilo fabricado ilegalmente, un poderoso opioide sintético.
Un informe del Congreso estadounidense el mes pasado, calculó el costo económico de la crisis de los opioides solo en 2020 en 1.5 billones.
Primer acuerdo a nivel nacional
Este acuerdo, que sería el primero en Estados Unidos con compañías farmacéuticas minoristas, le sigue a acuerdos de opioides a nivel nacional con fabricantes y distribuidores de medicamentos por un total de más de 33 mil millones de dólares.
A partir de 2017, en más de 3 mil 300 demandas, los gobiernos estatales y locales acusaron a los fabricantes de medicamentos de minimizar los riesgos de sus analgésicos opioides y a los distribuidores y farmacias de ignorar las señales de alerta de que las recetas estaban incentivando el tráfico ilegal.
Ante esto, advirtieron que impactó en el costo humano, la presión sobre los servicios de salud pública y la aplicación de la ley, por la que las empresas deben pagar para resolver el problema.
CVS, Walgreens y Walmart son las tres farmacias minoristas más grandes del país por participación de mercado.
Muertes por sobredosis de fentanilo aumentan en EUA
En Estados Unidos, las muertes por sobredosis de drogas aumentan sin control. En 2021, fallecieron 80 mil personas después consumir opioides sintéticos como el fentanilo, más de siete veces a lo registrado hace una década.
Las personas jóvenes son las más afectadas, prueba de ello es que las cifras oficiales señalan que mil 146 adolescentes murieron en 2021 debido a una sobredosis de este opioide.
“Vemos que, en las redes sociales, la gente más joven, los adolescentes, están siendo envenenados. No tienen idea de lo que están tomando, ni idea. A menudo son los más jóvenes y los hemos visto desde los 12 años, los hemos visto, de todas las edades”, explicó el jefe de operaciones de la DEA, Ray Donovan.
Tal es el caso de Makayla Cox, una estudiante de secundaria del estado de Virginia. Ella pensó que estaba tomando un medicamento para tratar dolores y ansiedad que su amiga le había conseguido, pero en realidad era fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína. La mató casi de inmediato.
Makayla parecía estar bien cuando se dirigía a su habitación. Su madre Shannon entró a su cuarto la mañana siguiente y la encontró parcialmente sentada, recostada contra la cabecera de la cama y con un fluido naranja saliendo de su nariz y boca.
“Estaba tiesa. La sacudí, grité su nombre, llamé al 911. Mis vecinos vinieron y le hicimos RCP (reanimación cardiopulmonar), pero era demasiado tarde. Después de eso, no recuerdo mucho”, contó Shannon Doyle, de 41 años.
La crisis de opiáceos en Estados Unidos ha alcanzado proporciones catastróficas. Las muertes van en aumento, con especial rapidez, entre los jóvenes, que obtienen drogas en redes sociales con recetas falsificadas.
En 2019, 493 adolescentes murieron por sobredosis y en 2021, la cifra fue de mil 146.