A partir del 2010, la Asociación Mundial para la Salud Sexual estableció el 4 de septiembre como el Día Mundial de la Salud Sexual, en un esfuerzo para sensibilizar y promover la sexualidad como un aspecto esencial del ser humano y un elemento de la salud reproductiva que debe ser satisfactorio, saludable y sin riesgos para la población.
Aline García Cortés, integrante del Programa de Prevención del Embarazo Adolescente de la FM recordó que según la OMS, la salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia.
La conforman diferentes factores:
- Biológico se refiere a la madurez anatómica del cuerpo de hombres y mujeres para ser capaces de tener una vida sexual plena.
- Cognitivo y Psicológico se refieren a la autoestima, que es importante para que los seres humanos puedan desenvolverse y desarrollar esa parte de su vida con plenitud.
- Social es importante también porque influye en el momento en que una persona inicia esas prácticas, cómo lo hace, y en algunas conductas o hábitos propios de cada cultura.
Aline García Cortés, investigadora de la Facultad de Medicina (FM), subrayó: tenemos derechos a la libertad sexual, a la equidad, a sentir placer, a tener autonomía, integridad y seguridad del cuerpo; y a tomar decisiones reproductivas libres y responsables, es decir, cuándo vamos a iniciar nuestra vida sexual, cómo nos vamos a cuidar, cómo nos vamos a relacionar con las demás personas y decidir el número de hijos que queremos tener y el espaciamiento entre ellos.
La especialista explicó que los factores que afectan la capacidad de tener relaciones sexuales o disfrutarlas se dividen en grupo etarios; es decir, no son los mismos para un adolescente que para un adulto mayor, o una mujer en la transición a la menopausia. Las mujeres adolescentes, por ejemplo, reportan problemas para alcanzar el orgasmo, y los varones para mantener la erección o eyaculación precoz.
Si hay un inicio prematuro de la vida sexual puede presentarse dispareunia o dolor producido al intentar realizar el coito u otras actividades sexuales con penetración; en cambio, cuando hay madurez del eje hipotálamo-hipófisis-ovario hay una secreción de estrógenos adecuada que permite el desarrollo y elasticidad de la vagina.
También intervienen aspectos sociales y psicológicos, como el miedo al embarazo, a las infecciones de transmisión sexual y a aquellos aspectos que no pueden platicar con sus seres cercanos o con un médico, y que les pueden provocar ansiedad; eso limita sentir placer.
Respecto a las enfermedades de transmisión sexual, García Cortés detalló que en México la principal es la vulvovaginitis con aproximadamente 140 mil casos reportados en 2019; a ese padecimiento se suman otros como la candidiasis urogenital, la tricomoniasis, el VIH y el herpes genital. La OMS destaca que el virus de papiloma humano es la infección de transmisión sexual más frecuente en el mundo.
Educación sexual
Las personas más cercanas a los jóvenes son los padres y tendríamos que darles buena educación para que sepan transmitir información útil y que no sea falsa a sus hijos. El sector salud debe buscar más estrategias para lograrlo”, señaló García Cortés.
Para la experta, a partir de edades tempranas debemos brindar herramientas y estrategias para que tengan una vida sexual plena y responsable, además de acceso a los métodos de planificación familiar.
Hay que quitarnos el tabú de que no pueden empezar su vida sexual a tan temprana edad, porque sabemos que no sucede así. Ante las creencias y mitos que difunden influencers y otros usuarios de redes sociales, hay que ofrecer información de calidad”, puntualizó.
Es importante mejorar la educación y eso conlleva información correcta y fácil de entender, campañas de planificación, impulsar el autocuidado, postergar el inicio de la vida sexual y motivar los proyectos de vida de los jóvenes.
En el adulto mayor es recomendable tener un estilo de vida saludable porque eso evita enfermedades crónico-degenerativas, como diabetes e hipertensión, y males del sistema cardiovascular. “La base de todo es tener estímulos de vida saludables desde temprana edad”, reiteró.
La salud sexual se tiene que adecuar a los términos que cada población entienda; desde las etapas preescolar y escolar hay que llamar a las partes del cuerpo por su nombre e implementar métodos anticonceptivos una vez que la edad avance”, afirmó.
Aline García señaló que las religiones aún tienen impacto en la sexualidad, la cual es vista como tabú o algo prohibido. Por esas creencias, los adolescentes sienten vergüenza o miedo de acudir con sus padres o a un centro de salud para iniciar un método de planificación familiar.
Es una barrera que se debería quitar para mejorar las opciones y herramientas que deben tener, y que son parte de los derechos sexuales”, dijo la especialista.
Un adolescente puede pedir su método anticonceptivo sin estar acompañado de un tutor; puede hacer valer sus derechos reproductivos y llevar a cabo una sexualidad de forma responsable, concluyó la universitaria.
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