La caravana migrante pasó su primer día en Ciudad de México, tras el enfrentamiento registrado con policías capitalinos sobre la Autopista México-Puebla y su posterior arribo a la Basílica de Guadalupe.
La Casa del Peregrino fue habilitada para albergar a las personas en tránsito.
Autoridades capitalinas dotaron al lugar de catres, colchonetas, cobijas y alimentos, así como baños portátiles y agua para higiene personal.
El Gobierno de Ciudad de México reiteró que en ningún momento se pretendió obstaculizar la llegada de los migrantes a la Basílica.
El objetivo del operativo policial era, argumentó la jefa de Gobierno, Claudia Shienbaum, garantizar que su ingreso fuera seguro y ordenado.
Nunca hubo intención ni de la Policía ni de parte del Gobierno de la Ciudad de cerrar el paso para que no pudieran entrar a la Basílica, sino, más bien, que se hiciera de manera ordenada”, señaló Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno, CDMX.
Irineo Mújica, dirigente de la organización Pueblos sin Fronteras, dijo que buscarán dialogar con el Gobierno Federal.
Que busquemos el diálogo con las autoridades, que ya busquemos, este es el lugar donde queríamos llegar para hablar con el Gobierno federal”, mencionó Irineo Mujica, dirigente Pueblos sin Fronteras.
Mesa de diálogo
Este martes se realizará una mesa de diálogo entre la Secretaría de Gobernación, el Gobierno de la Ciudad de México y los integrantes de la caravana migrante; será encabezada por la Comisión de Derechos Humanos local.
En tanto, en la Casa del peregrino San Juan Diego y como parte de la atención médica, se realizaron pruebas COVID-19 a los migrantes que lo aceptaron de manera voluntaria, además de la aplicación de vacunas anticovid y contra la influenza.
Se hicieron 88 pruebas, de las cuales todas son negativas, tuvimos aplicación de vacuna H1N1”, explicó Carlos Alberto Ulloa Pérez, secretario de Inclusión, CDMX.
La caravana migrante tiene contemplado estar tres días en la capital del país, retomar fuerzas, y continuar su travesía hacia la frontera norte.