La tarde de este lunes, Jacqueline Palmeros, madre de Jael Monserrat Uribe Palmeros, dio a conocer que tras 4 años de búsqueda, los restos óseos que encontró el colectivo “Una Luz en el Camino”, en el Ajusco, durante la 4ta Brigada Regional de Búsqueda, corresponden a su hija.
De acuerdo con su testimonio, el viernes 17 de enero fue convocada por la titular de la FGJ-CDMX, Bertha Alcalde Luján, a una reunión para darle a conocer que los análisis de compatibilidad genética que realizaron sobre los restos óseos, coincidieron con sus nietos y con la buscadora.
Los restos fueron hallados por el colectivo cuando realizaban la Cuarta Brigada Regional de Búsqueda que se realizó, en noviembre de 2024, en el paraje “Llano de Vidrio”, en la zona del Ajusco, de la alcaldía Tlalpan.
El colectivo se dio cita alrededor de las 3:00 de la tarde para acompañar a la buscadora, quien fue citada por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, para oficializar la notificación.
Mientras esperaban a que saliera Jacqueline, sus compañeras de búsqueda lanzaron consignas de justicia y colocaron un tendedero con fotografías de Jael Montse, y también de sus familiares desaparecidos. Además de pétalos de rosas y girasoles, para externar su apoyo.
Cuando Jacqueline salió de la FGJ fue recibida por su hijo y el resto de sus compañeras, quienes aplaudieron y lanzaron la consigna coral de “¡No estás sola!”. En breve palabras, la buscadora agradeció el apoyo de los colectivos y de grupos religiosos, quienes han estado con ella a lo largo de estos cuatro años.
“No tengo palabras para expresar lo que sentimos la familia en este momento. Si bien nos indicaron que hubo una coincidencia del 99.9% con sus hijos y conmigo, necesitamos seguir buscando para darle una sagrada sepultura”, dijo la buscadora con la voz cortada.
Continuarán búsquedas
En entrevista con medios de comunicación, Jacqueline Palmares recordó las irregularidades en el caso, por ejemplo, el año pasado la jueza Belem Bolaños Martínez argumentó falta de pruebas y liberó a dos personas que están presuntamente implicadas en la desaparición de su hija.
“Teniendo algo tan delicado en sus manos, ¿cómo fue posible que los dejó libres? Es una pregunta que nos hacemos como familia y exigimos una pronta respuesta por parte de las autoridades”, señaló al medio la buscadora mientras cargaba una rosa blanca y una fotografía de su hija.
Miguel “N” y Adriana “N” fueron liberados al no poder acusarlos por la desaparición cometida por particulares agravada en contra de Jael Montserrat Uribe Palmeros tras asumir que se trataba de un feminicidio, sin que entonces hubiera un cuerpo de por medio.
Ante la resolución, la buscadora impugnó ante el Consejo de la Judicatura de la Ciudad de México y presentó una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), para exigir la reposición del juicio.
De acuerdo con la fundadora de “Una Luz en el Camino”, la obtención de los perfiles genéticos fue posible gracias a que presionaron, ya que en primera instancia, cuando los restos fueron llevados al Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses (INCIFO) “hubo negatividad”.
Posteriormente, la Fiscalía solicitó los perfiles genéticos y la identificación, “por lo que INCIFO cedió y así el viernes pasado me notificaron”. No obstante, la buscadora valoró que no se respetó el proceso de identificación digna.
“Nos falta un camino bien largo por recorrer. Esto es apenas el inicio de otra pesadilla, la institucional”, señaló la buscadora.
Además, dijo que las búsquedas continuarán el 27, 28 y 29 de enero. Todavía deben localizarse la totalidad de los restos de la joven, desaparecida desde 2020. Jacqueline extendió la invitación al resto de la población e informó que también le acompañarán colectivos de otras entidades, para que su hija pueda tener una digna sepultura.
Jael Monserrat Uribe Palmeros era la mayor de los hijos de Jacqueline. Tenía 21 años cuando fue vista por última vez entre la alcaldía Iztacalco e Iztapalapa, en Eje 5 y La Viga, el 24 de julio de 2020. La joven acudió a una entrevista de trabajo. Le sobreviven sus dos hijos pequeños.