El Museo Mural Diego Rivera, presentan la exposición Perspectivas al muralismo, una curaduría de Jorge Reynoso Pohlenz, que a través de una serie de imágenes, bocetos, documentos y testimonios de finales del siglo XIX y principios del XX, aborda los antecedentes del muralismo mexicano.
Si bien sus orígenes como movimiento institucional se sitúan en 1922, a partir del proyecto educativo y cultural promovido tras la Revolución Mexicana por el gobierno de Álvaro Obregón, resulta fundamental revisar sus antecedentes en el mundo prehispánico y el virreinato.
Destacan obras como el Convento Agustino de Malinalco o los murales del Templo de San Miguel Arcángel de Ixmiquilpan (de mediados del siglo XVI) en Hidalgo, donde se hace evidente el sistema doctrinario de la instrucción católica que combinó en su aparato estético elementos europeos con otros de origen precolombino, reinterpretando algunos elementos plásticos como parte de los valores de la identidad cultural nacional.
Uno de los artistas más representativos fue Saturnino Herrán (1887-1918), en cuyo inacabado mural Nuestros dioses antiguos (1916), destinado al Teatro Nacional (hoy Palacio de Bellas Artes), plasma el sincretismo que habría de identificar posteriormente a la modernidad mexicana.
Por su parte, el positivismo afín a los “científicos” porfiristas promovía la orientación del arte hacia la formación educativa de la sociedad, impulsando la resignificación del espacio ritual y la incorporación de iconografía prehispánica.
Este vector didáctico progresista no pretendía cancelar la carga simbólica del arte religioso del pasado, sino reconducirla hacia valores materialistas y progresistas dentro de un marco occidental; ejemplo de ello son los murales del Antiguo Palacio de Comunicaciones, hoy Museo Nacional de Arte (Munal).
En paralelo con el positivismo, se desarrollaron en Europa y América corrientes de corte esotérico cuya imaginería no solo influyó en las vanguardias artísticas, sino que también convivió de manera singular con las manifestaciones visuales del programa ideológico del materialismo histórico dialéctico que promovieron muralistas como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.
Dentro de la multitud de enfoques que ofrece el vasto y diverso legado del muralismo mexicano, la exposición presentará algunos ejemplos de esta amalgama de catecismo, nacionalismo, ideología materialista y esotérica que se manifiestan en esta vertiente del arte moderno cuya trascendencia es importante revalorar desde distintas perspectivas.
Como parte del programa artístico que presenta el Museo Mural Diego Rivera en el centenario del movimiento muralista mexicano, dos artistas han intervenido las salas adyacentes al mural. Se trata de Moza Saracho y Marcos Castro, cuyo trabajo conecta de maneras distintas con la tradición de la pintura en gran formato.
La exposición fue inaugurada ayer 6 de octubre en el Museo Mural Diego Rivera.