La flor de cempasúchil es un símbolo del Día de Muertos y una de las principales fuentes de ingreso para productores y comerciantes de México, en esta temporada.
En redes sociales surgió información sobre que la flor de cempasúchil era transgénica, es decir, de acuerdo con el National Human Genome Research Institute, que su genoma había sido alterado mediante la introducción, por medios artificiales, de una o más secuencias de ADN ajeno proveniente de otra especie.
Ante tal rumor, los productores de estados como Puebla, Morelos, Estado de México, Hidalgo y Michoacán, vieron afectadas sus ventas, así como de Ciudad de México.
El Gobierno capitalino, a través de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) y la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr), realizaron investigaciones para descartar esas versiones.
Producir cempasúchil es una tradición de familia
Una de las productoras que fue víctima de esas falsas versiones fue Beatriz Sánchez Corona, quien es productora “casi desde su nacimiento”.
Ella es originaria del pueblo de San Luis Tlaxialtemalco, uno de los 14 pueblos que conforman la alcaldía Xochimilco, ubicada al sur de Ciudad de México. Beatriz produce sus plantas y flores desde hace ocho años de forma independiente.
Sus padres son productores de toda la vida. Su papá es originario del Estado de México y su mamá de Hidalgo.
La labor de Beatriz en lo que respecta a la producción de cempasúchil se da desde que, a mediados del mes de julio, colocan la semilla de la flor en unas charolas que tienen 200 cavidades.
“Ponemos una semillita en cada hoyito. Están ahí un mes en esas charolas. A mediados de agosto la pasamos a una maceta, entonces ya tenemos la maceta preparada para pasar la plantita”, cuenta en entrevista con Once Noticias.
Beatriz explica que, el sol le favorece a esta planta, porque entre más sol y aire le pegue a la planta se “amacolla”; en tanto que la lluvia y el granizo le afecta demasiado.
Fake news
La productora de cempasúchil asegura que la información falsa sobre la flor transgénica les afectó en ventas.
“Realmente nos afectó mucho. Desde el año pasado tuvimos la oportunidad, gracias a Corenadr, que nos abrió puestos en plazas comerciales, a mí me tocó ir a Parque Vallejo, a vender cempasúchil. Ahí me preguntaban: ‘¿este cempasúchil es mexicano o chino?”.
Beatriz confiesa la complejidad que significa explicar a la gente el proceso de sembrar cempasúchil original.
“Yo les decía que la semilla es la original del cempasúchil de corte, que sí está modificada genéticamente para que se pueda mantener en una maceta, pero no es transgénica ese cempasúchil de semilla”, comenta Beatriz.
Recuerda cómo es que hace aproximadamente cinco años ella y su familia guardaron semilla; posteriormente, la ensemillaron al siguiente año y salió el cempasúchil de corte, es decir, el original.
“Se les da la explicación, pero muchas veces no nos creen. Es un poco complicado cambiarles la idea que ya traen, sí nos han afectado muchísimo”.
Beatriz resalta que en este 2022, se vendió mucho la planta clemolito, que es capaz de sobrevivir en un jardín o macetas por mucho tiempo, siempre y cuando provenga de regiones donde las producen de forma natural.
“Se vendió más precisamente por la idea que la gente trae de que es 100% mexicano y es original; entonces sí tuvimos buena venta de la semilla marigold, de la que conocemos como bombón, pero sí nos afectó desde el año pasado”, indica.
Tras la intervención de autoridades y especialistas, la venta ha ido avanzando. Y al día de hoy, han acabado con toda la producción de sus invernaderos y toda la parte que tenían a cielo abierto: “digamos que un 95% ya hemos vendido”.
Beatriz estima que a nivel familiar, en la alcaldía Xochimilco, se producen 10 mil flores de cempasúchil: “en nuestro predio estamos tres familias; mi padre, don Celestino, mi hermana Angélica Sánchez y yo. Al menos aquí son 30 mil”.
Ante la crisis económica a nivel mundial debido a la pandemia de COVID-19, en los dos últimos años, la tradición de mexicanas y mexicanos mantuvo al pie a los productores y comerciantes.
Conocimiento ancestral
María del Carmen López, profesora adscrita al área académica de Biología del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI), de la Universidad Nacional Autónoma del Estado de Hidalgo, en el artículo, publicado en la gaceta universitaria, “Flor de cempasúchil: símbolo de tradiciones y conocimiento ancestral” destaca que detrás de la flor hay una historia precolombina, poscolonial, diferentes usos y un conocimiento ancestral.
La académica afirma que, antiguamente, la flor era considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte.
Originaria de México y su nombre proviene del náhuatl ‘Cempohualxochitl’ que significa ‘veinte flores’ o ‘varias flores’. Añade que su característico color naranja encendido y aroma intenso es uno de los elementos más representativos en las ofrendas para los muertos.
“Según la creencia, el color y aroma son el punto de conexión entre este y el otro mundo, pues se dice que el color de esta flor ilumina el camino y el aroma guía a las almas de los difuntos hacia el altar que colocaron sus familiares”.
En números
Cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural indican que, en Ciudad de México se cuenta con poco más de 190 hectáreas dedicadas a la producción de flores y plantas ornamentales.
Estas hectáreas se hallan distribuidas en las alcaldías Milpa Alta, Tlalpan, Tláhuac, La Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Álvaro Obregón y Xochimilco; ésta última concentra 80% de la producción.
Dentro de esa actividad ornamental se destacan los cultivos de temporada, los cuales atienden las necesidades específicas del consumidor, siendo el cultivo de cempasúchil o “flor de muerto” uno de ellos.
Para este año agrícola 2022, se estima que 700 productores de flor de cempasúchil tendrán ventas de aproximadamente un millón 277 plantas y 27 mil 170 manojos, durante octubre y noviembre.