En la madrugada del 24 de mayo, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México fue escenario de un momento histórico y profundamente emotivo: la llegada de los 18 integrantes de la familia Abed, refugiados palestinos que lograron salir de la Franja de Gaza tras 20 meses de gestión humanitaria.
Entre aplausos, lágrimas y mensajes de bienvenida, Shadi Abed, el hijo mayor, agradeció al Colectivo Gaza a México y al gobierno mexicano por salvar a su familia:
“Gracias por ayudar a mi familia. Viva México, viva Palestina”, dijo con la voz entrecortada por la emoción.
Recepción solidaria
Los Abed volaron desde Estambul, tras salir de Jordania, en un trayecto que cerró un periplo que inició en Al-Maghazi, Gaza, donde vivían bajo los estragos de la guerra.
Alrededor de la una y media de la madrugada, aterrizaron en la Terminal 1, donde eran esperados por decenas de personas solidarias con banderas, carteles, alimentos y regalos.
“Somos más quienes estamos en contra del odio. Hoy esta familia está a salvo con nosotros”, expresó Abigail, una de las asistentes.
Daniel, otro solidario, reflexionó:
“Esto es una cuestión de humanidad. Lo que sucede allá es un crimen horrible contra familias como la que hoy llega”.
Alma, símbolo de esperanza
La pequeña Alma Abed, quien conmovió a miles con sus videos pidiendo ayuda a México.
“Gracias México por ayudarnos a salvar la vida”, dijo Alma Abed un mensaje en su llegada.
El momento fue sellado con cánticos en español y árabe, mientras Gabriela Bejarano, del Colectivo Gaza a México, celebró que este arribo fue posible gracias a la organización popular y al respaldo institucional.
“Se logró traerlos, algo que parecía imposible”.
El arribo representa también el cumplimiento del sueño de Kamal Abed, padre de la familia, quien murió intentando sacar a los suyos de Gaza. Hoy, su hijo Shadi honra su memoria, sosteniendo la foto de su padre ante las cámaras.