Como medida de presión para evitar la baja de tarifas eléctricas en España, Iberdrola y Endesa, las dos compañías dominantes en el mercado concesionado, se negaron a participar en la subasta de energías limpias con la que el Gobierno español intenta atenuar el golpe de los altos costos a los consumidores.
Este año, las familias españolas están pagando el doble de lo que desembolsaron en 2020 por electricidad.
Iberdrola no sólo se negó a participar en la subasta para proveer energías limpias, sino que anunció una inversión de más de 8 mil millones de dólares en el desarrollo de un complejo eólico marino, pero en Reino Unido, no en España.
Gesto que ha sido interpretado como una presión del poderoso consorcio para evitar cambios en las altas tarifas que ya cobra.
En la subasta de nueva capacidad eléctrica en España, se asignaron contratos para producir energía eólica o solar a las empresas: Capital Energy, Forestalia, Naturgy y Repsol.