Valle de México

Plaza de la Novia en el Centro Histórico estuvo a punto de cerrar a causa de la pandemia

Pero hoy, con el semáforo epidemiológico verde y el avance en el combate al COVID-19, reabrieron sus puertas

En la Plaza de la Novia del Centro Histórico, se ubica la primera fábrica de ajuares y vestidos de novia que se estableció en Ciudad de México, el siglo pasado.

Éste y otros talleres de alta costura, testigos de las ilusiones de mujeres de todas las épocas, estuvieron a punto de cerrar a causa de la pandemia.

Pero hoy, con el semáforo epidemiológico verde y el avance en el combate al COVID-19, reabrieron sus puertas.

“A partir del semáforo verde, pues ya la gente empieza a programar de nuevo su evento, ah, hay gente que ya ha salido a ver”, dijo Rodolfo León, encargado de Fabrica de novias.

“Sí necesitaba venir a trabajar y ver la carita de las niñas cuando entregas el vestido, a las pocas que ya quedan, pero ver cómo se van contentas con su vestido, es muy bonito”, Ibeth, modista.

Al inicio de la emergencia sanitaria las ventas cayeron a cero, detuvieron la importación de vestidos y la producción se redujo de 50 a 15 vestidos al mes.

En sus más de 25 años de trabajo, Ibeth nunca había pasado por algo similar.

“Fue muy fuerte porque dejamos de laborar, dejamos de laborar, de trabajar y obviamente de percibir ingresos, entonces, obviamente afectó a mis jefes, como a nosotros económicamente, fue muy fuerte”, agregó.

Con la reducción de contagios y la apertura de actividades económicas y eventos sociales y religiosos, esperan que entre octubre y noviembre de este año se recuperen las ventas al nivel previo a la pandemia, así como los cerca de 30 mil empleos directos e indirectos que generan estos servicios.

“Estamos en ese proceso, ¿no?, de volver a encarrilarnos, de tener todo el personal que tenemos, que teníamos, para volver a sacar todo el trabajo que necesitamos, ya también incluso que las ventas mejoren para poder contratar más gente y producir más vestidos”, añadió Rodolfo León.

“Sí estamos retomando el mayoreo de ciudades dentro del país, algunos están exportando a Estados Unidos, esto se ha reactivado un poquito más”, José Luis Santiago, presidente de la Calle de las Novias.

El año pasado cuando margarita regresó a laborar, el taller era otro: sus compañeras portaban cubrebocas, había sana distancia y sus manos se habían desacostumbrado a bordar velos y crinolinas, pero en cuanto vio los vestidos del almacén, sintió como si el tiempo no hubiera pasado.

Hoy, anima a las novias a que compren el vestido del gran día.

“Pueden venir cuando gusten, se pueden casar con gusto. Ahora sí que las solteras que se animen a casarse, los vestidos son hermosos”, Margarita, costurera.

Quinceañeras y novias otra vez recorren las cerca de 600 tiendas en República de Chile, mejor conocida como la “Calle de las Novias”.

“La verdad era un vacío, eh, realmente es venir a México y no pasar por estas calles, que ya tenía bastante tiempo que queríamos venir para ver el vestido de mi hija, pues sí es bastante triste”, Nancy González, habitante de CDMX.

“Vengo desde lejos, vengo desde Yecapixtla, pues entonces lo que queremos es llevárnoslo desde ahorita”, Sarahi Zamora, habitante de Morelos.

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