Plantas invasoras, el nuevo quebradero de cabeza ecológico
La hierba de la pampa argentina es una esbelta gramínacea que puede llegar a medir más de 1.3 metros de altura, con bellas espigas blancas, amarillas, azules o rosas que en realidad esconden un apetito voraz de reproducción y suponen un peligro creciente en países como España.
La cortaderia selloana también es conocida como carrizo de la pampa.
Crece con abundancia en la pampa argentina o uruguaya y empezó a ser detectada en España hacia 1969″, según el catálogo de especies exóticas invasoras del Ministerio de Agricultura español.
Es una planta habitual en los jardines e incluso es utilizada para adornar los ramos de flores.
Pero su enorme capacidad de dispersión y adaptación está creando serios problemas en los países del sur europeo.
Según el Ministerio de Agricultura español, la planta ha invadido amplias extensiones de campo en el norte del país, en Cantabria y el País Vasco.
Hasta el punto que la cortadera selloana fue mencionada en los recientes debates del Congreso Mundial de la Naturaleza que se terminó la semana pasada en Marsella.
La moción pide reglamentar el comercio en línea de las especies invasoras para limitar su venta fuera de su área de repartición de origen.
El impacto de los animales invasores es más fácilmente detectable, porque son predadores que destruyen una presa. Pero las plantas también pueden acarrear graves consecuencias”, señaló Piero Genovesi, presidente del grupo sobre especies invasoras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Al principio es menos visible, pero luego se convierte en un problema gigantesco. La hierba de la pampa es muy bonita pero se extiende muy rápidamente. Y una vez que se implanta, es muy difícil contenerla”, explicó.
Ante este fenómeno creciente, la UICN, que agrupa a más de mil 400 organizaciones y países en todo el mundo, ha emprendido una clasificación de los impactos medioambientales de los taxones extranjeros, un taxón es un grupo de organismos emparentados.
Esas especies invasoras están contribuyendo en gran medida a los cambios radicales que sufre la biodiversidad del planeta, como sucede con la destrucción de hábitats, la sobreexplotación de las especies o el cambio climático.
Los especialistas han llegado a la conclusión de que impedir a esas especies propagarse a nuevos territorios cuesta mucho menos que intentar eliminarlas una vez se han instalado.
Es el caso también del jacinto de agua o camalote.
Lo trajeron del Amazonas los exploradores europeos y causó rápidamente sensación, en particular en la corte del emperador Napoleón, por su tallo verde y sus delicadas flores lilas.
Pero esa belleza oculta un capacidad de propagación frenética.
Napoleón se llevó esa planta a Egipto durante su campaña de conquista militar y dos siglos más tarde, cubre enormes áreas acuáticas del continente africano.
El año pasado, miles de personas en Estados Unidos protestaron porque habían recibido, sin haberlo solicitado, paquetes de granos, principalmente provenientes de China.
Se trataba aparentemente de falsos encargos, para hacer subir la clasificación de un vendedor, una técnica conocida como “brushing”.
El gigante del comercio en línea Amazon tuvo que suspender las importaciones de granos en Estados Unidos.