El joven Robert Allen Zimmerman en sus 20, se miraba con ese espíritu de cantautor folk que poco a poco ganaba escuchas y en ese ánimo comenzó a transformarse en Bob Dylan, el compositor de “Blowin´in the wind”.
Un rebelde con causa que en el camino lo mismo ha recorrido el rock, country, blues o gospel, creador de trancazos como “Highway 61 revisited, “Like a rolling stone”, entre otras composiciones que dejan claro que lo suyo no solo es la música, ya que cada pieza es una obra literaria por sí sola.
Artistas en el amplio sentido de la palabra que este 24 de mayo cumple 80 años y lo hace cargado de mística, de ser merecedor de la Orden de las Artes y las Letras Francesas en 1990, Premio de la Música Polar en el 2000, Príncipe de Asturias en 2007, ganó el Pulitzer en 2008 y nada más y nada menos que el Nobel en 2016, máximo galardón literario al que parecía que les haría un desaire, pero al final lo aceptó.
Si bien, sentenció que sus canciones no estaban escritas para un libro, Malpaso Ediciones publicó tres libros con todas sus letras, volúmenes que costaron sangre, sudor y lágrimas.
Traducir a Dylan es una cosa que digamos, ya no te digo que es hacerlo bien o mal, es que a alguien no le va a gustar como traduzcas a Dylan, traduzcas como lo traduzcas”, expresó Bernardo Reyes, traductor.
Bob Dylan cumple 80 años, sin dar demasiadas señales, con 300 millones de dólares en la bolsa tras vender los derechos de sus canciones a Universal Music en diciembre de 2020, con un instituto de estudios sobre su vida y obra en la Universidad de Tulsa, Oklahoma, una leyenda que como él mismo dijo: “ayer siempre es un recuerdo y mañana nunca será lo que se espera que sea”.
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