Las divisiones en Estados Unidos son “profundas”: en el primer tomo de sus memorias, Barack Obama revisita su presidencia y evoca los cuatro años posteriores destacando que la salida de Donald Trump de la Casa Blanca no será suficiente, por sí sola, para cambiar la situación.
En referencia a la sorpresa de 2016, con la elección de un hombre “diametralmente opuesto” a él, el 44º presidente de estadounidense deplora el desprecio reciente a las normas y las garantías básicas que, durante mucho tiempo, tanto demócratas como republicanos “dieron por sentado”.
Lo más preocupante de todo esto puede ser que nuestra democracia parece estar al borde de la crisis”, escribe el exmandatario demócrata en este libro finalizado antes de las elecciones del 3 de noviembre, en las que resultó vencedor quien fuera su vicepresidente, Joe Biden.
“Una crisis anclada en el enfrentamiento fundamental entre dos visiones opuestas de lo que es Estados Unidos y de lo que debería ser”, continúa. “Una crisis que ha dejado a los ciudadanos divididos, enfadados y desconfiados”, añade Obama en este primer extracto publicado el jueves por la revista The Atlantic de “A Promised Land” (“Una tierra prometida”), que sale a la venta el martes.
Sé también que una única elección no arreglará el problema”, opina. “Nuestras divisiones son profundas, nuestros desafíos son abrumadores”, añade el expresidente.
Barack Obama, de 59 años, admite que el discurso sobre “los ideales” de Estados Unidos encuentra dificultades para calar en un periodo de grandes sacudidas en la primera potencia mundial.
Reconozco que hay quienes piensan que es el momento de acabar con ese mito, que un examen del pasado de Estados Unidos y un vistazo aunque sea rápido a los titulares de los periódicos muestran que los ideales de esta nación” siempre han sido secundarios frente a “la conquista y subyugación, un sistema de castas racial y un capitalismo rapaz”.
Admite, igualmente, haberse preguntado si no fue demasiado “moderado” en la elección de sus palabras, demasiado “prudente” en sus actos.
Obama se dice, sin embargo, optimista respecto al largo plazo, reafirmando su convicción de que con “trabajo duro, determinación y una buena dosis de imaginación”, Estados Unidos podrá mostrar “lo mejor que tenemos”.