Internacional

La familia Abadsá, exiliados de una guerra que no es su guerra

La familia Abadsá pensó que la vida en Iraq les había enseñado todo sobre la guerra, hasta que Rusia inició la invasión militar en territorio ucraniano

Llegaron a Ucrania huyendo de la violencia en su país de origen, buscando una mejor oportunidad de vida.

Ahora escapan del conflicto armado en Ucrania.

Es el exilio en el exilio.

La familia Abadsá pensó que la vida en Iraq les había enseñado todo sobre la guerra, hasta que Rusia inició la invasión militar en territorio ucraniano -país que los acogió desde hace 5 años- y presenciaron el momento en que una bomba hizo añicos el edificio de al lado.

“Sus bombas cayeron sobre el edificio. Teníamos vecinos, ¿sabes? Es tan malo, Amira, ciudadana iraquí.

Amal, también ciudadana iraquí lo comenta así: “Estábamos en el sótano. Estábamos durmiendo en un estacionamiento, en el sótano. Y después tuvimos que huir a la frontera”.

Amal Abadsá es médico. Hizo todo lo que estuviera en sus manos para que sus hijos, dos niñas y dos niños, estudiaran la universidad alejados de atentados, bombas, hostilidades, clima característico de Iraq, desde la invasión militar de estados unidos iniciada en 2003.

Ahora, en los pasillos del aeropuerto de Rumanía, tras caminar durante horas para llegar de Kiev a la frontera en Siret, ve a su hija hablar de lo irónica que, en ocasiones es la vida.

 “Muy triste, es algo muy doloroso tener que dejar Ucrania porque es un buen país, la gente es muy agradable. Es nuestro hogar”, Amira, ciudadana iraquí.

En los últimos días, los aeropuertos de Polonia, Hungría, Moldavia, Eslovaquia y Rumanía están atiborrados de ucranianos que huyen de la guerra, pero también de ciudadanos de otras nacionalidades que regresan a su país de origen frente al conflicto en Ucrania.

Mohamed es uno de ellos. Salió de Afganistán con el sueño de convertirse en médico. 

“Vivo en Ucrania, en Jarcov. Llegué en octubre. Creo que sólo estuve tres meses en Ucrania …  Estaba en la estación del autobús cuando de repente empezó el bombardeo. Había mucha gente, mucha gente con hijos pequeños … No creo que la situación esté mejor que hace unos días”, Mohamed, estudiante afgano de medicina.

Mohamed considera que “hay una situación muy mala allá. Mucha gente sigue en la estación del Metro, están viviendo en situaciones muy precarias. Están en malas condiciones. La gente lleva ahí muchos días y no tiene que comer”, y agrega: “mi familia vive en Paquistán, voy a regresar para encontrarme con ellos. No se cuándo pueda entrar a Ucrania”.

Al igual que los 2 millones de desplazados que ha generado el conflicto en Ucrania, Mohamed y la familia Abadsá son también exiliados de esta guerra que, en términos reales no es su guerra.

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