En el Vaticano, el ritual del Miércoles de Ceniza fue breve y con mínima presencia de fieles, para evitar contagios de Covid-19.
Se canceló la tradicional procesión al aire libre, por lo que el papa Francisco celebró la misa dentro de la Basílica de San Pedro.
La imposición de la ceniza se hizo en la cabeza, en lugar de la frente.
Al inicio de la Cuaresma para la Iglesia Católica, el pontífice afirmó que es un periodo para renunciar a la falsa seguridad del dinero y las comodidades.
Así que ya no deberíamos vivir nuestras vidas persiguiendo polvo, persiguiendo cosas que están aquí hoy y mañana se van”, expresó el papa.
“En la vida tendremos siempre cosas que hacer y tendremos excusas para dar, pero, hermanos y hermanas, hoy es tiempo de regresar a Dios”, dijo el papa Francisco durante la homilía, y agregó: “con el Miércoles de Ceniza iniciamos el camino de la Cuaresma, que se abre con las palabras del profeta Joel”.