La Justa Mundialista, que se celebra desde el 20 de noviembre hasta el 18 de diciembre de este 2022 en Doha, Qatar, está llena de claroscuros, entre ellos, las condiciones laborales y las muertes de las personas trabajadoras migrantes, quienes construyeron las instalaciones que recibieron a más de 1.5 millones de visitantes.
De acuerdo con sitios especializados, el Gobierno de Qatar habría destinado una inversión de más de 4 mil millones de euros en la construcción y remodelación de los estadios que recibió la justa mundial del fútbol.
Cerca de dos millones de personas provenientes de países como India, Bangladesh, Nepal, Kenia o Filipinas fueron las encargadas de construir y proveer de servicios a las faraónicas infraestructuras de esta justa deportiva de fútbol.
Detrás de esto, hay decenas de miles de casos de abusos laborales, condiciones infrahumanas de trabajo y una cifra escandalosa de fallecidos que varias oenegés denuncian, pero que las autoridades qataríes niegan.
Entre 2014 y 2020, 414 personas fallecieron en accidentes ligados al trabajo en Qatar, entre todos los sectores y nacionalidades incluidos, indicaron los organizadores de la Justa Mundialista 2022.
“Estas cifras se refieren a las estadísticas nacionales que cubren el periodo 2014-2020 de todos los fallecimientos ligados al trabajo (414) a escala nacional en Qatar, entre todos los sectores y nacionalidades incluidos”, precisó el comité de organización en un comunicado.
El martes 29 de noviembre, Hassan Al Thawadi, jefe del Comité Organizador de la Justa Mundialista reveló la cifra de 400 a 500 accidentes en una entrevista con la televisión británica, al ser consultado por cuántos trabajadores habían muerto trabajando para la Copa del Mundo.
“Una sola muerte ya es demasiado, así de simple“, añadió Thawadi.
Los organizadores cataríes insisten en que solo hubo tres muertes ligadas a accidentes laborales y 37 muertes relacionadas con proyectos mundialistas.
Estas cifras fueron publicadas en los informes anuales entre 2014 y 2021, periodo durante el que se realizó la mayor parte de los trabajos e infraestructuras.
Varias voces lo dijeron con anticipación
¿Qué dijo Amnistía Internacional? – 2016
Los trabajadores migrantes que construyen en Doha el Estadio Internacional Jalifa para la Copa Mundial de 2022 sufren abusos sistemáticos, que en algunos casos constituyen trabajo forzado, según revela Amnistía Internacional en un nuevo informe que ha publicado hoy.
En su informe, The ugly side of the beautiful game: Exploitation on a Qatar 2022 World Cup site, Amnistía Internacional cargó contra la indiferencia de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) ante el mal trato que sufren los trabajadores migrantes.
En ese entonces, Amnistía preveía que el número de trabajadores en las obras de la Copa Mundial se multiplicara por 10, hasta unos 36.000, para 2018.
“Los abusos contra los trabajadores migrantes son una mancha en la conciencia del fútbol mundial. Ya es hora de que los dirigentes del fútbol alcen la voz o se verán salpicados por asociación, ya sean marcas futbolísticas internacionales como Bayern Munich y PSG o grandes patrocinadores como Adidas y Coca-Cola”, afirmó en su momento Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
“A pesar de cinco años de promesas, la FIFA ha sido prácticamente incapaz de impedir que la Copa Mundial se construya sobre abusos contra los derechos humanos.”
Abusos graves, incluidos trabajos forzados
El informe se basa en entrevistas a 132 personas migrantes que trabajaron en las obras de reforma del Estadio Jalifa, el primero. Otros 99 migrantes entrevistados estuvieron ajardinando las zonas verdes del colindante complejo deportivo Aspire Zone,.
Todos y cada uno de los jardineros y obreros de la construcción que hablaron con Amnistía Internacional denunciaron abusos de una u otra clase, entre ellos:
- alojamiento precario y en condiciones de hacinamiento;
- obligación de pagar elevadas tasas (de 500 a 4.300 dólares estadounidenses) a contratistas en el país de origen para conseguir empleo en Qatar;
- engaño en cuanto al salario o al tipo de trabajo ofertado (todos los hombres, excepto seis, ganaban un sueldo inferior al que se les había prometido a su llegada; algunos cobraban incluso la mitad);
- impago del salario durante varios meses, lo que ocasiona dificultades económicas y problemas emocionales a unos trabajadores que ya soportan un fuerte endeudamiento;
- denegación por parte de los empleadores del permiso de residencia o su renovación, que los deja expuestos a sufrir detención y expulsión como trabajadores “fugados”;
- confiscación del pasaporte y denegación de permisos de salida a los trabajadores por parte de los empleadores, para que no puedan salir del país;
- amenazas por denunciar sus condiciones.
Amnistía Internacional sacó a la luz indicios de que el personal de una empresa proveedora de mano de obra amenazó con aplicar sanciones para obligar a algunos migrantes a trabajar, como retenerles la paga, entregarlos a la policía o impedir que salieran de Qatar. Esto constituye trabajo forzado según el derecho internacional.
Los trabajadores, en su mayoría de Bangladesh, India y Nepal, hablaron con Amnistía Internacional en Qatar entre febrero y mayo de 2015. Cuando un equipo de investigación de Amnistía Internacional volvió a Qatar en febrero de 2016, a algunos de los trabajadores los habían trasladado a un alojamiento mejor y la empresa les había restituido los pasaportes en respuesta a las conclusiones de Amnistía Internacional, pero no se había buscado una solución a otros abusos.
Sólo 37 de los 6.500 trabajadores habrían muerto en las obras de los estadios del Mundial. De ellos, 34 no son considerados como accidentes de trabajo por el comité organizador local. Unas cifras cuestionadas por varios expertos. “Hay una verdadera falta de claridad y transparencia en torno a estas muertes”, dijo en su momento Amnistía Internacional.
Human Rights Watch – 2021
En mayo, Human Rights Watch y otras organizaciones de derechos humanos, sindicatos y grupos de aficionados presionaron a la FIFA y a las autoridades qataríes en una Carta Abierta Conjunta y en una campaña para que ofrecieran una solución a los abusos sufridos por los trabajadores, incluyendo una compensación económica por el robo de salarios o las lesiones, y a las familias de los fallecidos.
De acuerdo con esta organización, la FIFA debería haber reconocido que, al carecer Qatar de la infraestructura necesaria para la Copa Mundial, se necesitarían millones de trabajadores migrantes para construirla y darle servicio. Esto incluía ocho estadios, una ampliación del aeropuerto, un nuevo metro, múltiples hoteles y otras infraestructuras clave, con un costo estimado de 220.000 millones de dólares.
Para ellos, la FIFA es responsable no sólo de los trabajadores de los estadios, una minoría del total de la mano de obra inmigrante cuyos empleadores tienen que cumplir normas más estrictas en cuanto a las condiciones laborales, sino también de los trabajadores que construyen y prestan servicios en los proyectos de preparación y realización del torneo, incluyendo el transporte y el alojamiento, la seguridad, la limpieza y el paisajismo.
La guía de 42 páginas, “Qatar: Copa Mundial de la FIFA 2022 – Guía de derechos humanos para reporteros”, resume las preocupaciones de Human Rights Watch relacionadas con los preparativos y la organización de la Justa Deportiva de la FIFA 2022 por parte de Qatar y esboza problemas más amplios de protección de los derechos humanos en el país. La guía también describe las políticas de derechos humanos de la FIFA y cómo el organismo rector del fútbol mundial puede abordar con mayor eficacia las violaciones graves en Qatar y mitigar los daños.
¿Qué dice el reporte de The Guardian?– 2021
Más de 6 mil 500 obreros han perdido la vida en la construcción de los estadios para la Justa Mundialista, desde el 2010, dijo hace más de un año el medio The Guardian
Para determinar esta cifra de doce trabajadores muertos a la semana, The Guardian se basó en las estadísticas facilitadas por los gobiernos de estos países, principales proveedores de mano de obra a Qatar. Y el número total de muertes estaría subestimado porque no se han recogido datos de otros países, como Filipinas o Kenia, que tienen muchos nacionales trabajando en Qatar.
Desde 2010, Qatar se embarcó en un enorme programa de construcción con carreteras, aeropuertos, transporte público, hoteles y estadios para acoger la Justa Mundialista 2022. The Guardian estimó que era”probable” que la mayoría de estas muertes estuvieran relacionadas con estas obras.
La investigación que publicó el diario británico The Guardian no había obtenido eco de la FIFA.
Respuesta de Qatar
El Gobierno de Qatar dijo que la cantidad de muertes, que no discute, es proporcional al tamaño de la fuerza laboral migrante y que las cifras incluyen a los trabajadores administrativos que han muerto de forma natural después de vivir en Qatar durante muchos años. También dijo que solo 20 % de los expatriados de los países en cuestión están empleados en la construcción, y que las muertes relacionadas con el trabajo en este sector representaron menos de10 % de las muertes dentro de este grupo.
“La tasa de mortalidad entre estas comunidades está dentro del rango esperado para el tamaño y la demografía de la población. Sin embargo, cada vida perdida es una tragedia y no se escatiman esfuerzos para tratar de evitar cada muerte en nuestro país”, dijo el gobierno de Qatar en un comunicado de un portavoz.
En su momento, el gobierno agregó que todos los ciudadanos y extranjeros tenían acceso a atención médica gratuita de primera clase, y que ha habido una disminución constante en la tasa de mortalidad entre los “trabajadores invitados” durante la última década debido a las reformas de salud y seguridad en el sistema laboral.
Además, Qatar rechazó las peticiones de las ONGs de crear un fondo de indemnización por los trabajadores muertos o heridos en los preparativos de la Copa del Mundo de fútbol, declaró su ministro de Trabajo.
“Esta petición de una campaña de compensación es una estrategia de comunicación. Lamentó que varias organizaciones y algunos países traten de desacreditar a Qatar con afirmaciones deliberadamente engañosas”, aseguró Ali bin Samij Al Marri.
¿Qué será de Qatar post Justa Mundialista?
No todos los focos están puestos exclusivamente en los duelos de fútbol.
Como sede de la Copa del Mundo, Qatar se ha visto sometido a una intensa presión para promulgar cambios legales. Ha desmantelado el controvertido sistema Kafala, una práctica laboral regional establecida desde hace mucho tiempo que da a las empresas y a la población ciudadana minoritaria el control sobre el empleo, los movimientos y la situación migratoria de los trabajadores inmigrantes.
El torneo también ha dado la oportunidad de que hombres y mujeres convivan en un país que, de otro modo, estaría segregado. Las mujeres y los niños han tenido una fuerte presencia en las zonas de aficionados y en los estadios, viendo los partidos en lo que tradicionalmente ha sido un ámbito dominado por los hombres.
También relajó las leyes sobre el alcohol en los preparativos, permitiendo a los aficionados beber en zonas específicas.
Pero sigue habiendo dudas sobre si las reformas se mantendrán una vez que el torneo haya terminado y la mirada del mundo se aleje de la nación del Golfo.
Aunque se han introducido cambios en la legislación laboral de Qatar, los grupos de derechos humanos afirman que hay más por hacer. Apenas un mes antes de que comenzara el Mundial, Amnistía Internacional afirmó que las reformas laborales de 2020 no se habían aplicado ni se habían hecho cumplir adecuadamente. Qatar, dijo, sigue careciendo de libertad de expresión y de asociación y discrimina a las mujeres y a las personas LGBTQ en la ley.
Respecto a los ajustes en las condiciones laborales deportivas, el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gilbert F. Houngbo, se mostró “razonablemente optimista” en una entrevista con la AFP sobre que haya un acuerdo con la FIFA para que se tomen en cuenta los derechos sociales en la concesión de sedes de los Mundiales de fútbol.