Mario Salomón, country manager de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial, indicó que resulta sumamente lamentable que los ataques de los grupos de la delincuencia organizada hayan alcanzado a los y las pasantes de medicina.
Todo ello, luego de la indignación a nivel nacional por el asesinato del pasante de medicina Erick Andrade, quien estaba a dos semanas de concluir su servicio social en una clínica ubicada en la comunidad de El Salto, en el municipio de Pueblo Nuevo, Durango.
El experto en temas de seguridad, Mario Salomón, agregó que de acuerdo con estudios de Grupo Multisistemas los municipios donde se han registrado un mayor número de homicidios en el país son Tijuana, Baja California; Ciudad Juárez, Chihuahua; León, Guanajuato; Cajeme, Sonora y Guadalajara, Jalisco.
“Esto no ayuda para nada al sistema de salud pues tenemos muchas deficiencias en el abasto oportuno de medicamentos y de materiales médicos y ahora para colmo de esos graves problemas nos encontramos con que la delincuencia organizada que sigue avanzando y alcanza a los médicos, eso es una afectación adicional a la población”, expresó.
Y es que de acuerdo con datos oficiales de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Guanajuato, Michoacán, Baja California, Estado de México, Jalisco y Chihuahua son los estados que concentran 49%, de los 15 mil 400 homicidios dolosos registrados de enero a junio de 2022.
Grupo Multisistemas reveló que de manera reciente el secretario de Salud de Jalisco, Fernando Petersen, reconoció que en el estado hay retenes del crimen organizado, cobros por derecho de piso y extorsiones a los médicos que atienden los hospitales y clínicas en toda la zona norte de Jalisco.
Además en Tamaulipas, las y los médicos son secuestrados para que atiendan a miembros de bandas heridos de bala; en Guerrero, grupos criminales cobran a las clínicas una cuota mensual de extorsión; en Zacatecas, personal médico recién fue asesinado por trasladar a un hospital a miembros de bandas contrarias.
Asimismo, el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la Universidad de Guadalajara, denunció que pasantes de medicina y enfermería sufren comúnmente amenazas y extorsiones en zonas rurales y que ha habido un incremento de casos de acoso a doctoras y enfermeras; no solo en Jalisco, sino en los estados colindantes de Zacatecas, Nayarit y Michoacán.
Ante este escenario, Alejandro Desfassiaux, presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial (GMSI), dijo que es momento de reflexionar cuáles debieran ser las condiciones de seguridad, para que no se repitan estas muertes que se están volviendo recurrentes, dada la enorme violencia a la que están sujetos los jóvenes médicos en el país.
El mismo experto añadió que el Gobierno de nuestro país está obligado a proveer seguridad a la población y esto incluye a los médicos, por ello hizo un llamado a las universidades y la Guardia Nacional para establecer un plan para resguardar la seguridad del personal de salud.
“Porque además de padecer extorsiones y hasta derecho de piso, están arriesgando su vida y eso ya es inaceptable”, afirmó.
Ante el escenario, Alejandro Desfassiaux, Presidente de GMSI, reconoció que se deben generar políticas públicas integrales para garantizar la seguridad de los jóvenes pasantes o reformular el sentido del servicio social a la realidad actual.
Salarios bajos
A esta realidad se suman los bajos salarios que perciben estos profesionistas y es que de acuerdo con datos compartidos por el Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial, muchos de ellos perciben solamente 3 mil pesos mensuales por sus labores.
Pero los ingresos podrían ser menores, pues el médico pasante del servicio social en el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), en el estado de Puebla, Carlos Castillejos, en entrevista con Once Noticias, afirmó que sus percepciones fluctúan entre los dos mil 30 y dos mil 500 pesos mensuales.
A decir de Mario Salomón, la falta de seguridad para los pasantes de medicina y los bajos salarios impide a las comunidades alejadas tener atención médica adecuada.
“El hecho de que los médicos ya no quieran trabajar en esas zonas, al final del día repercute en una afectación también para el resto de la población”, apuntó.