La actividad física, definida como cualquier movimiento corporal que requiere gasto de energía, es fundamental para prevenir enfermedades crónicas y degenerativas, según destacó un especialista de la Dirección General de Promoción de la Salud.
Esta práctica ayuda a combatir problemas como el sobrepeso, la obesidad, la diabetes, la hipertensión, la ansiedad, la depresión y los trastornos del sueño.
Por el contrario, el sedentarismo o la inactividad física se posiciona como el cuarto factor de riesgo de mortalidad en el mundo, asociado al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles.
Según resultados del estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) realizado en 2021, el 60% de la población mayor de 18 años en México declara no realizar actividad física, principalmente por falta de tiempo, cansancio derivado del trabajo o problemas de salud.
La práctica regular de actividad física no solo beneficia la salud física, sino también la cardíaca y respiratoria, reduce el estreñimiento y fortalece músculos, huesos, ligamentos y articulaciones. Además, mejora la circulación, favorece la oxigenación y tiene un impacto positivo en las capacidades cerebrales, como el pensamiento, el razonamiento y el estado de alerta, así como en el ciclo de sueño y el estado de ánimo.
Con motivo del Día Mundial de la Actividad Física, establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 6 de abril, se enfatiza la importancia de realizar al menos 150 minutos de actividad física aeróbica moderada a la semana, lo que equivale a 30 minutos diarios o 15 minutos de actividad aeróbica vigorosa, o bien una combinación de ambas.
En el ámbito educativo, es esencial incluir el juego, el deporte y la recreación en el proceso educativo para fomentar hábitos saludables desde la infancia.
Para las personas mayores, la actividad física planificada contribuye a mantener la fuerza, resistencia, flexibilidad, elasticidad y velocidad, promoviendo la autonomía, el autocuidado y la independencia.
Es fundamental acompañar la actividad física con una dieta nutritiva, una adecuada hidratación, sueño reparador y hábitos recreativos y sociales saludables para mejorar la salud y el bienestar integral.