Cultura

Cerámica en emergencia: una entrevista a Matías Meszaros

La cerámica es uno de los materiales que permiten historiar la existencia del ser humano y de la civilización. La maleabilidad del material permite hacer vasijas e instrumentos que acompañan la cotidianidad, y también crear piezas de inigualable valor artístico. En el país existe una larga tradición sobre el uso de este material, incluso se han encontrado tradiciones regionales que han desarrollado su propio estilo.

 

Este material es el elegido por Matías Meszaros, para crear esculturas y figuras de precisión. A pesar de su corta edad posee la habilidad, el interés y la pasión para trabajar con materiales ancestrales y desarrollar uno de los oficios más precisos: ceramista.

 

Once Noticias conversó con él sobre el oficio, la tradición, las técnicas y los materiales con la finalidad de conocer y compartir con el público su experiencia y trabajo.

 

La atracción a la cerámica: “sentía que ese material estaba vivo”

Matías es originario de la Ciudad de México. Actualmente estudia Ciencia Política y se ha dedicado a la cerámica por gusto. Comparte a Once Noticias que empezó el camino cerámico hace cuatro años cuando decidió tomar un taller con Fermi Gerdes: “tomé clases de cerámica de forma casual: fue una clase suelta en un taller emergente en la colonia Roma. Después de ir a clases, me iba al taller de cerámica.”

 

Comenzó como ayudante, por lo que le propuso a las talleristas un intercambio de trabajo:

 

Vi que necesitaban ayuda con procesos básicos: mezclar pastas y hacer que el taller fuera funcional. Les propuse que yo les ayudaba y al mismo tiempo aprendía. Avancé muy rápido. El primer año y medio me dediqué a usar el torno alfarero. Era una actividad de puro aprendizaje, de mucha práctica y entendimiento. Me atrajo mucho el proceso manual. Estaba aprendiendo un nuevo lenguaje con mis manos.

 

Luego asistió en otro taller y formalizó sus procesos en la elaboración de materiales, esmaltes y pasta cerámica: “toda la alquimia detrás de eso.”

 

Al preguntarle sobre qué fue lo que le llamó la atención de este oficio, responde que fue la textura y su dinamismo. Considera que le atrajo verlo en acción, en el torno alfarero y en esculturas:

Sentía que ese material estaba vivo. Lo veía muy viable, muy plástico. Como dejando la marca de cada mano que lo trabajó. Se me hizo muy atractivo que fuera un proceso sucio. Llevaba como como seis meses de clases y vi el potencial del material, de todo lo que se podía hacer. Fue algo mucho más explorativo que amor a primera vista. Me costó mucho hacerlo al principio. Entre más metía y descubría las posibilidades del material más me interesó. Es una práctica bastante infinita.

 

Al conversar sobre la tradición y las técnicas por las que se siente más ha traído, Matías comenta que su principal influencia es la técnica tradicional. Comparte a Once Noticias que fue a través de su maestra que conoció esta tradición y técnica:

 

Mi maestra pertenece al Taller de Mujeres Alfareras de Tláhuac, un colectivo muy rico en su historia. Se establece después del temblor del 85. Este colectivo enseñaba a las mujeres a hacer artesanías, que se quedaron sin chamba y sin casa. En la actualidad sigue en función. Gracias a ella, a mi maestra, esa tradición me la enseñó junto a otras tradiciones como la japonesa y estadounidense. Todas tienen una perspectiva diferente en torno al material y a lo que se puede hacer”.

 

Once Noticias cuestionó a Matías sobre la tradición mexicana por que la que se sentía más atraído. Al respecto, el ceramista comentó que por la del Bajío, debido a sus colores y texturas cuyo realce natural y orgánico le resultan atractivo: “hasta después de quemarlo se siente vivo. Se ve y se siente muy fresco.”

 

El ceramista trabaja en un taller colectivo, en la colonia Buenos Aires. En él comparte con otros artistas que trabajan otros procesos y con otros materiales, aunque sobresale que casi todos usan cerámica. Lo considera un refugio y un espacio que le permite la inspiración. Al ver el trabajo de los demás, él los retoma y los tiene presentes en su propuesta. A través de ellos logra comprender su propio proceso.

 

El ceramista comparte que su obra la ha vendido en Estados Unidos (LA y NY). También participó en una exposición llamada “Encuentro de tierra.” Puntualiza que su proyecto es emergente y todavía está en construcción, sin embargo, apuesta por dos cosas: la docencia y su obra. Le gusta generar comunidad a través de la docencia y enseñanza. Considera que su escultura y obra personal, lo emociona mucho, pero en la enseñanza visualiza los puentes en lo que comunica las posibilidades del material y sus alcances infinitos.

 

El ceramista considera que su trabajo está en constante formación: lo guía su osado gusto a experimentar con materiales y su atracción a los tonos de tierra y texturas rocosas. La entrevista con Once Noticias finaliza con una confesión personal de Matías: “trabajar con estos materiales es una labor de amor, requiere paciencia y tiempo. Es un momento de desconexión y calma el sentarse a tocar tierra: jugar con barro y tener una experiencia fructuosa.”

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