Nacional

Padres ponen a trabajar a niños y niñas por la falta de dinero que viven sus familias

De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Trabajo Infantil, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en el 2019, 2.2 millones de niños entre 5 y 17 años de edad, laboraron.

Niñas y niños han tenido que laborar por la falta de dinero que viven muchas familias, esto orilla a los padres a ponerlos a trabajar o a acompañarlos todo el día en condiciones insalubres.

“La niña es la que de una a ocho nueve de la noche es la que anda conmigo. Mi niño empieza a las siete a andar conmigo, a recolectar porque en la noche aparte de eso, yo lavo los trastes en un puesto de marisquería”, dijo María Elena Martínez, recolectora de basura.

Los hijos de María Elena, de tres y seis años, tienen que acompañarla diariamente a recoger basura y lavar platos en una marisquería del mercado de Xochimilco.

No hay quién la ayude a cuidarlos y ella debe trabajar más de 12 horas para obtener recursos suficientes para comer.

“La gente por cierta basura te da cinco pesos, un peso, hay gente que dices, ósea… Yo en la tarde, así como puedo llevar un costal de puro pescado limpio y te dan 10 pesos. Económicamente la situación, pues sí está en general la situación demasiado. Aquí suben, bajan, no hay como fijo, el sueldo no es fijo, vas a base de propinas”, señaló María Elena.

De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Trabajo Infantil, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en el 2019, 2.2 millones de niños entre 5 y 17 años de edad, laboraron.

Expertos estiman que la cifra pudo haber aumentado a cuatro millones, después de la pandemia por COVID-19.

“Después de esta pandemia sanitaria que hemos vivido, el incremento ha sido de casi 4 millones. Las niñas, los niños son implicados en actividades laborales riesgosas, en las minas, en los campos agrícolas, desafortunadamente también en actividades como la mendicidad forzada”, comentó Carmen Gabriela Ruiz, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social, UNAM.

La mayoría de los padres no desean que sus hijos laboren, pero la pobreza y la falta de óptimas condiciones de trabajo, los orillan a llevar consigo a los menores, quienes terminan por iniciarse en estas actividades a temprana edad.

Primordialmente es un tema de exclusión social, es un tema económico, es un tema que tiene que ver con la desigualdad económica y social, porque la mayoría de las madres y padres de los niños que realizan estas actividades laborales en la calle, no quieren que sus hijos y sus hijas estén ahí. Los niños no estarían en el espacio público si las madres y los padres tuvieran trabajos adecuados y tuvieran la posibilidad de una crianza adecuada, de cuidados adecuados, de instituciones que ayudaran a esas madres y a esos padres en la crianza de sus hijos y de sus hijas”, puntualizó Bertha Bocanegra, directora operativa de Ednica, IAP.

“Tú vas al mercado y se ve normal, pero estando ya conviviendo en el mercado, hay demasiado, delincuencia, hasta de niños chiquitos, pues ya se andan drogando, se andan… A mí me preocupa que mis hijos vean eso, el ejemplo”, agregó María Elena.

Como consecuencia, sus derechos básicos son vulnerados.

En el estudio “Trabajo Infantil: Estimaciones Mundiales 2020″, la Organización Internacional del Trabajo reportó que más de un tercio de los niños en situación de trabajo infantil, no asisten a la escuela.

“El derecho a la alimentación es uno de los vulnerados, pero también el de la recreación, el de la educación y aunque la mayoría de los niños y de las niñas que están realizando actividades laborales en el espacio público tienen vivienda, la vivienda es precaria”, añadió Bertha Bocanegra.

Asociaciones civiles como Ednica, brindan apoyo y espacios alternos a los padres, para que los niños no tengan que acompañarlos a sus centros de trabajo, sin embargo, señalan, el problema sólo se erradicará con políticas públicas y oportunidades de empleo.

“Les ofrecemos un espacio seguro, la mayoría de las mamás y también de papás, identifican que sus hijos pueden estar acá seguros, pero también aprendiendo otro tipo de habilidades”, dijo Norma Jael Medina, coordinadora del Centro Comunitario Ednica IAP.

En ocasiones, Raúl y Ariadne acompañan a sus padres, sin embargo, saben que esta actividad no debe trastocar sus derechos ni su integridad.

“No es bueno para su desarrollo y no hace bien para sus derechos”, señaló Raúl.

Back to top button