Reportajes especiales

De la reparación del daño a la reparación de una vida: caso Juana Alonzo

Entre las medidas inmediatas de reparación por violaciones a los derechos humanos de la migrante maya chuj, está la indemnización económica

Ha pasado una semana de que Juana Alonzo Santizo, migrante maya chuj, fue liberada del Centro de Ejecución de Sanciones en Reynosa, Tamaulipas, luego de estar en prisión preventiva por siete años y 6 meses. Fue imputada por secuestro y víctima de diversas violaciones a sus derechos humanos.

Juanita, como le llaman de cariño, ya se encuentra en San Mateo Ixtatán, ubicado en Huehuetenango, Guatemala. Luego de un estruendoso regreso, la calma ha vuelto a casa, aunque todavía no ha terminado la emoción.

En entrevista con Once Noticias Digital, Juanita se desborda y prevalece la alegría cuando platica. Comparte que está muy feliz en compañía de su familia y que muchas cosas han cambiado en el pueblo:

“Estamos de alegría, estamos feliz con la familia. Cuando llegué aquí en mi pueblo, ya estoy viendo mucha diferencia, porque cuando llegué muchas casas están nuevas y todo lo arreglaron. Cambió bastante. A veces me da mucha tristeza, cuando me fui mi mamá todavía estaba bien jovencita. Mi mamá, ahorita, ya está acabada [por] su enfermedad. La verdad me da mucha tristeza y eso”.

Cuando emprendió su tránsito creyó que al llegar a Estados Unidos tendría la posibilidad de enviar dinero, para ayudar a su familia, pero el ‘sueño americano’ se tornó una pesadilla mexicana.

Fue detenida de forma arbitraria, en 2014, torturada por autoridades, obligada a firmar un documento del que desconocía su contenido y no tuvo un traductor –no sabía hablar español– ni acompañamiento en el debido proceso.

“Yo creí que estaba feliz, porque creí que sí llegaba a Estados Unidos, yo creo que la voy a ver [a su madre] o hablar o voy a mandar dinero [para] su medicamento o lo que necesiten yo les ayudo. Pero precisamente yo estoy en esta cárcel, cómo la puedo ayudar, no puedo ayudar”, recordó con aire de tristeza.

Cuando recibió la noticia de su libertad, no lo creyó. estaba dudosa, atónita:

“Las muchachas ahí en la cárcel, dicen, ‘Juanita ya te vas a ir’. Creo no, todavía no. Porque tenía una audiencia, pero hasta el 27 […] ‘No, Juanita te vas a ir porque el presidente está diciendo que te vas a ir inmediatamente, porque él está diciendo que te da tu liberación’. […] No estaba preparada. No, yo no sentí nada, ni me emocioné. […] luego cuando me dijeron, ¡Felicidades, Juanita! ¡Ya te vas a ir libre! y yo, ¿en serio, ya me voy? Haz de cuenta me hizo una sorpresa, […] No creo, le digo, ‘por qué no crees, aquí está la hoja de libertad’. Y me enseñó la hoja, la libertad, y yo como que me enchiné el cuerpo, porque ya me voy. Y ahí una de las custodias, salió su lagrima de emoción y me dijo, ‘ya te vas, mija’, […] ¡Ay, que padre! ¡Gracias a Dios! […] Y yo estoy bien alegre y ellas están llorando y yo bien feliz”, relató.

Una vez que Juanita fue avisada formalmente sobre su libertad, no tuvo tiempo más que para cambiarse y despedirse. Su salida fue tan rápida que olvidó algunas cosas, como sus trabajos de bordado y tejido, con los que se sostuvo económicamente al interior del penal. 

Reparaciones que nunca serán suficientes

Pero el caso no terminó con su vuelta a Guatemala. Según las recomendaciones que emitió, en 2021, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria, del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, deben existir reparaciones del daño: la libertad inmediata y una indemnización económica.

Las organizaciones que acompañan a Juana, como Promotores de la Liberación Migrante (PLM), también ven la posibilidad de una tarjeta de visitante por razones humanitarias emitida por México.

Juana señala que en este momento la prioridad es tener sus papeles:

“Voy a tratar de sacar mis papeles. […] Apenas voy a arreglar mi DPI y ya de ahí a ver qué va a pasar. Primero mis papeles. No sé si […] me va a ayudar el gobierno mexicano […] si es que me van a dar, pues qué bueno, porque la verdad estuve encerrada injustamente […]. Me fui a Estados Unidos y yo creo que ya hice algo, dónde están y los ocho años, lo que perdí, entonces no sé si el gobierno me va ayudar con algo, con mi pasaporte también”, expresó Juana.

Al respecto, Josselyne García, de Promotores de la Liberación Migrante (PLM) señala que: “Ninguna cantidad de dinero reparará los ocho años de su vida, no le regresará su juventud. Sería una condición superficial y subjetiva que se pueda dar. Esa parte es la que sería […] procedente de las consecuencias de las políticas migratorias: si haces daño también debes repararlo”, enfatizó a Once Noticias.

Agregó que la indemnización económica, “es una acción y consecuencia de las injusticias […] Tendría que tener apoyo económico […] son las cosas que se están evaluando ahora”.

Las organizaciones evalúan, junto a la Defensoría Pública, el seguimiento legal, para que se lleven a cabo las reparaciones a Juana.

El caso de Juanita adquirió visibilidad luego de que sus tíos, Pedro Alonzo y su esposa Ana llegaron a México con la XVI Caravana Centroamericana de Padres y Madres, que buscan a sus familiares desaparecidos en México, organizada por Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), para denunciar el caso de su sobrina.

Además, trascendió luego de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador pidió revisión al caso por parte del gobierno de Tamaulipas y de la Fiscalía estatal. Juana salió en libertad el 21 de mayo y llegó a Guatemala un día después, para reunirse con su familia y su pueblo.

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