Reportajes especiales

Ftalatos, tóxicos a los que se expone la población

Los ftalatos afectan al sistema endocrino y se asocia a obesidad; están presentes en plásticos y a un sin fin de artículos cotidianos

Los ftalatos son unos químicos que están presentes en una gran cantidad de artículos que utilizamos de forma cotidiana y a los que estamos expuestos. Se encuentran dentro de un grupo de químicos conocidos como disruptores endocrinos, que tiene diversos efectos e impactos en la salud de la población relacionados a enfermedades hormono-dependientes, también se asocian a obesidad. Martha María Téllez Rojo, investigadora del Centro de Investigación en Nutrición y Salud, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), encabeza una investigación sobre el impacto de estos químicos que, junto a los Bifenoles y PFAS, son tóxicos. Estos químicos están presentes en plásticos (PET, PVC y empaques) como las envolturas de alimentos, cosméticos, biberones, artículos de higiene personal como shampoo, cremas o perfumes. El consumo de alimentos contaminados con ftalatos se considera la principal fuente de exposición en la población general.

Ftalatos: enemigos tóxicos

En entrevista exclusiva con Once Noticias, la investigadora del INSP compartió que desde 2002 la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre las afectaciones en la salud por este tipo de sustancias.
“Y es que estos elementos entran al organismo y emulan la actividad hormonal regular. Se disfrazan de hormonas y alteran el funcionamiento del sistema endocrino”, señaló Téllez Rojo al medio.

¿Qué efectos tienen los ftalatos en la salud?

Los efectos en salud son grandes y empiezan desde el nacimiento, señaló la investigadora. Cuando las mujeres embarazadas están expuestas a estas sustancias, traspasan la barrera fetoplacentaria y afectan al feto en su desarrollo, estos provocan parto prematuro. Al nacer hay afectaciones en la disminución de la lactancia materna. En menores aumentan las incidencias de alergias y asmas. En niños provoca disgenesia testicular.
“Al emular las hormonas se asocian con una gran cantidad de desenlace en la salud”, aseveró la investigadora.
También se asocian con el desarrollo neurológico, afectación en crecimiento y en el desarrollo de la pubertad. En adultos está asociado a factores de riesgo cardiometabólicos. Los seres humanos estamos expuestos a los ftalatos junto a los perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) y bisfenoles (BPA) aunque mayoritariamente la principal exposición es en alimentos o hasta en muebles.
“Los PFAS, por ejemplo, aparecen en sartenes de teflón, porque su función es evitar que se peguen los alimentos. También en muebles que tienen una capa que los hace resistentes al calor para retrasar los incendios o en ropa con repelentes para el agua”, señaló Martha María Téllez Rojo.
La investigadora lamentó que aún no existe una regulación sobre los productos que estamos comprando, para verificar que los productos son libres de bofenoles o de PFAS. La recomendación es que se verifiquen las etiquetas de los productos que sean libres de ftalatos. En etiquetas de productos importados, y en algunos productos nacionales, se encuentran etiquetas que dicen libres de BPA o BPA free bisfenol A. No obstante, la investigadora compartió la importancia de no consumir alimentos con envolturas de plásticos, tampoco almacenarlos en utensilios de plástico porque los alimentos se contaminan con estos tóxicos.
“Si compramos una lechuga se puede comprar a granel y no empaquetada en plástico. Además de disminuir el impacto ambiental, derivado de la envoltura, beneficio también mi salud, mi organismo”, dijo.

Un estudio que lleva 27 años: relación de ftalatos y obesidad

México es uno de los países productores de PVC plastificado. En ese contexto, el estudio de los ftalatos inició hasta 1999, cuando la organización Green Peace solicitó a la Secretaría de Salud (SSa) la eliminación del mercado nacional de productos de uso oral fabricados con PVC, para menores, los cuales contenían grandes cantidades de plastificantes del grupo de los ftalatos, tal como señala Patricia Bustamante y Patricia Borja (2001) Ese antecedente impulsó que se organizara un grupo de investigación en la Dirección General de Salud Ambiental, incorporada luego a la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). En el INSP, la doctora en epidemiología, experta en el estudio de efectos a largo plazo de la exposición a tóxicos ambientales y condiciones nutricionales durante la gestación y la niñez, relató que su equipo de trabajo lleva a cabo un estudio longitudinal. Le han dado seguimiento a un grupo de mujeres desde el embarazo y también a sus hijos en la infancia, adolescencia, adultez y en la actualidad a su descendencia. Este estudio ha sido continuo y se ha desarrollado a lo largo de 27 años. En una de las dos investigaciones que encabeza, con una muestra de mil 200 parejas, madre e hijo, estudian los efectos a largo plazo de este tipo de exposiciones con disruptores endocrinos. Una de las aportaciones más relevantes que han logrado con estas investigaciones es que la exposición a estos irruptores endocrinos se ha asociado al desarrollo de obesidad.
“Es muy importante porque abre la ventana de exposición ambiental al desarrollo de obesidad. La obesidad es multifactorial y hay muchas cosas involucradas, estructurales, como dietéticas, actividad física o de acceso alimentos, pero también por exposiciones ambientales por este tipo de disruptores endocrinos”, enfatizó Martha María Téllez Rojo, investigadora del INSP.
Reconoció que en la actualidad hay enormes retos para evitar los ftalatos y otros disruptores endocrinos en nuestro país.

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