“Tu actitud determina tu altitud”, es la frase favorita de Karla Wheelock quien, en 2005, se convirtió en la primera mujer iberoamericana en alcanzar la cima más alta de cada continente (llamadas las 7 Cumbres), y el 27 de mayo de 1999, en obtener la primicia latinoamericana de coronar la cumbre del Monte Everest (la montaña más alta de la Tierra), por la vertiente norte.
Aunque a Karla, la respaldan más de 30 años como montañista; ante todo, es mamá, empresaria y conferencista educativa y empresarial. Sus metas desde pequeña fueron claras: escalar montañas cada vez más altas.
Para ello, señala a sus padres como el gran impulso en su amor por la naturaleza y las montañas. Sin embargo, fue su madre, quien marcó su vida.
“Ella, con su ejemplo de sacar adelante a sus tres hijos, llena de honestidad, de laboriosidad, de muchas virtudes que me enseñó, que cumpliendo en lo pequeño, es como se logra lo grande; que es atendiendo esos detalles que podemos lograr y hacer de lo ordinario, lo extraordinario”, dice en entrevista con Once Noticias.
La también abogada, se ha destacado no sólo por su destacada trayectoria deportiva, sino por desempeñar cargos directivos de empresas privadas y dependencias gubernamentales.
No obstante, considera que en su ámbito, hay mujeres que logran romper paradigmas y que, “nos han demostrado las fortalezas que existen en las mujeres mexicanas y en diferentes ámbitos, a nivel empresarial y gubernamental. Ha habido mujeres que han aportado grande valor a nuestro país”.
Wheelock está convencida de que cada quien busca sus propias oportunidades; por lo tanto, sostiene que, aunque existen obstáculos en el camino, también es verdad que hay mujeres en México que pueden crear esa red de colaboración y ayuda, a fin de favorecer el avance en la equidad de género.
En ese sentido, acepta que, en el alpinismo, hay mayor apertura para el sector femenino.
“La actividad que yo desempeñaba era exclusiva de varones. El hecho que yo quisiera participar ahí, no era ni bien visto ni aceptado, ni muy inclusivo, pero finalmente también es cierto que de hombres yo aprendí las herramientas para desempeñar mi trabajo. Por eso, las invito a que exploremos nuestras propias competencias y habilidades para ponerlas al servicio de un país que nos necesita”, expresa.
Así, recomienda a la mujer no desfallecer en el intento de materializar sus sueños y pensar positivamente, pero sobre todo erradicar las ‘montañas mentales’ que impiden avanzar hacia objetivos claros.
“Cuando yo empecé a subir montañas, estaba consciente de que no había hombres en este campo, pero nunca pensé ‘no me van a aceptar’. Al contrario, dije: ´voy a hacer lo que tenga que hacer para poder integrarme y hacer las cosas bien’. Las montañas mentales son las que debemos subir primero y darnos cuenta que, en la medida que crecemos como seres humanos, en preparación, conocimiento, autoestima y valores, tendremos otra perspectiva”.
Machismo no termina
Uno de los temas que causa polémica es el machismo prevalente en nuestro país.
“Pienso que el machismo existe en muchas partes del mundo y no sólo en los hombres, también en las mujeres; muchas veces, las personas más machistas somos las mujeres; son las mujeres las que educan a los hombres, a los niños, ahí es una labor bien importante por parte de nosotras como mujeres. Erradiquemos ese machismo a través de la educación que damos a nuestros hijos”, exhorta.
La conferencista señala que es importante en nuestros días la imagen de la mujer porque representa un papel conciliatorio.
“Para la situación en la que se encuentra el mundo, es importante reconocer que el papel de la mujer es conciliatorio. Debemos buscar ese aspecto femenino que tenemos, ya no tan competitivo, eso es más bien un aspecto masculino; tomar una esencia de la mujer que es conciliatorio, buscando que todo lo que hagamos sirva para conciliar, tanto hacia a adentro de nosotras mismos, como hacia nuestro entorno”.