Reportajes especiales

La depresión es más fuerte en alumnos de bajo rendimiento

Diabetes, hipertensión, sobrepeso, obesidad y ansiedad, son algunos de los males que se asocian con el estrés académico.

Los adolescentes cobran relevancia porque, tanto sus problemas familiares, como las tareas escolares o rendimiento académico, terminan por provocarles ataques de ansiedad, depresión y, lo que es peor, sientan condiciones para un posible suicidio.

-¿Qué pasa con la llamada “depresión académica”?

Antes de llegar al extremo de suicidarse, suceden eventos severos de depresión. A finales de junio, se dio a conocer que, un estudiante de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se suicidó en uno de los edificios de esa casa de estudios.

Virginia García Olmos, psicóloga y psicoterapeuta, dice en entrevista con Once Noticias que todas las personas, sin importar si viven en la infancia, adolescencia o adultez, están expuestos a sufrir depresión.

“La depresión incluso puede afectar a personas de diferentes niveles; es tal la presión, que se puede orillar a una persona a abandonar sus ocupaciones diarias, sus necesidades físicas y emocionales”, detalla.

De acuerdo con García, todo estudiante está bajo la sombra de la depresión constante en cada etapa de su profesión y su desarrollo como universitario. Y este agobio, explica, amenaza con invadir su mente cada vez que el estudiante fracasa; también surge la comparación con otros compañeros o hasta personas de su entorno familia o personal. Ahí el alumno se exige, se autocritica y se lastima a sí mismo.

“En ese preciso momento, él comenzará a cuestionarse su potencial y quizá a hacerse menos que los demás; ahí llegan los temores y miedos; y la debilidad por enfrentarse a varios obstáculos, aparece; eso puede empujarlo al abandono de su carrera y de ahí puede pensar ya en un suicidio”.

Y es que, agrega, la depresión afecta de tal forma a un ser humano que hace que éste disminuya su actividad física, social, ocupacional e intelectual. “Quienes hayan atravesado por un cuadro depresivo, o hayan estado cerca de alguien con depresión, podrán dar cuenta de que se pierde totalmente interés en todo, hay tristeza y el panorama pinta totalmente de negro, aunque allá un sol resplandeciente; así es la depresión, un abismo sin luz”, señaló.

La experta sostiene que el adolescente pasa gran parte de su vida en un ambiente escolar, expuesto a una diversidad de evaluaciones de rendimiento donde los resultados obtenidos facilitan la imagen de competencia o incompetencia que adquiere de sí mismo. Cuando el estudiante percibe una imagen insatisfactoria de sus habilidades, puede caer en un ciclo depresivo que se clasificaría de la siguiente manera: estudia → fracasa→ se deprime→ fracasa →se deprime.

García Olmos habla de la complejidad entre la depresión en estudiantes universitarios y su correlación con rendimiento académico. En este punto, asegura que los estudiantes universitarios presentan más conflicto al tratar de cumplir con sus responsabilidades académicas cuando atraviesan depresión.

“Por ello, hay alumnos que tienen un bajo rendimiento académico, porque presentan un nivel más alto de depresión”, subrayó. Luego de manejar una dosis fuerte de ésta, llega el momento de no saber controlar esa emoción dañina y puede sobrevenir el suicidio.

La Organización Mundial de la Salud señala que el suicidio es un problema de salud pública grave a nivel mundial, ya que supone un impacto personal y familiar duradero en las personas allegadas de quién lo comete y un impacto social y económico reseñable en las comunidades, países y sociedades afectadas.

En consecuencia, es un asunto que debería preocupar a las autoridades, a los profesionales de la salud y al resto de la sociedad. Enfatiza, además, que el suicidio es un problema 100% prevenible si se realizan intervenciones oportunas y con abordaje multifactorial, multisectorial e integral.

Enfermedades que orillan a un estudiante al estrés

En 2019, Eduardo Calixto, jefe de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, una institución de atención médica, enseñanza e investigación científica perteneciente a la Secretaría de Salud y cuya especialidad es la psiquiatría, precisó que, algunas de las enfermedades que se asocian con el estrés académico son la diabetes, hipertensión, sobrepeso, obesidad, ansiedad, trastornos de sueño, derrame cerebral, adicciones a drogas legales e ilegales, alopecia y culebrilla.

“Podríamos cambiar estas historias, que los jóvenes lleguen al suicidio porque sus niveles de estrés están tan rebasados que no encuentran una solución. Nos falta mucho de aprendizaje en cuanto a los detonantes, no estamos sensibilizados y a veces se tilda de cobardes o llorones a quienes no toleran este tipo de situaciones”, resaltó en ese entonces.

Más atención a esa problemática.

García, quien también es médica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales (ISSSTE) lamenta que, hoy en día, la mayoría estemos tan inmersos en otros asuntos que no damos el verdadero valor a este tipo de problemática juvenil o estudiantil.

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