Reportajes especiales

Organismos advierten consecuencias mundiales por falta de tolerancia

Aseguran que la educación es una herramienta importante para combatir expresiones de intolerancia.

La falta de tolerancia entre personas y naciones es un generador de fenómenos como las guerras, hambre y desplazamiento de personas, por lo que el Día Internacional para la Tolerancia, que se conmemora este 16 de noviembre, se ha convertido en uno de los más importantes para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Incluso, varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 se basan en el concepto de tolerancia, por lo que la Unesco busca reforzar en las personas y naciones el respeto, la aceptación y aprecio de la diversidad.

De acuerdo con la Unesco, la tolerancia se fomenta a través  del conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento de conciencia y de religión.

“La tolerancia consiste en la armonía en la diferencia. No sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica. La tolerancia, la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz”, dice este organismo.

Algunas expresiones de intolerancia

Por ejemplo, de acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) a finales del 2021, el número de personas desplazadas por las guerrasviolencia, la persecución y las violaciones a los derechos humanos ascendía a 89.3 millones, lo que significa 8% más en comparación con el año anterior y más del doble en relación con la cifra de hace diez años.

Pero el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha arrojado nuevas cifras de desplazamiento forzado, lo que es muy preocupante, de acuerdo con la ONU, pues ha hecho que la cifra haya superado este 2022 la barrera de los 100 millones de personas desplazadas.

“En la última década, las cifras han incrementado cada año. Si la comunidad internacional no se une para emprender acciones que permitan atender esta tragedia humana, o bien, para resolver conflictos y encontrar soluciones duraderas, esta terrible tendencia continuará”, aseveró Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Pero no es la única problemática. De acuerdo con el Banco Mundial, en 2021 surgieron nuevos conflictos, lo que abonó a alcanzar el número de 850 millones de personas, en 23 países, que padecen alguna disputa de intensidad media y alta.

A pesar de lo anterior, Filippo Grandi advierte que se han registrado hechos que dan esperanza y que invitan a reforzar las acciones para que haya tolerancia en el mundo.

Y es que de acuerdo con el informe de Tendencias Globales de la ACNUR, en 2021 aumentaron los retornos de personas refugiadas y desplazadas internas, volviendo a niveles anteriores a la COVID-19; además, la repatriación voluntaria se incrementó 71%, aunque son cifras incipientes.

Educación, herramienta para combatir la intolerancia

De acuerdo con la Organización de los Estados Americanos (OEA), la educación es el medio más eficaz de prevenir la intolerancia, dado que es un espacio para enseñar derechos y libertades, además de fomentar el respeto entre individuos y comunidades.

“La primera etapa de la educación para la tolerancia consiste en enseñar a las personas los derechos y las libertades que comparten, para que puedan ser respetados y en fomentar además la voluntad de protegerlos de los demás”.

En ese tenor, advierte que la educación para la tolerancia es un imperativo urgente; “por eso es necesario fomentar métodos sistemáticos y racionales de enseñanza de la tolerancia que aborden los motivos culturales, sociales, económicos, políticos y religiosos de la intolerancia, es decir, las raíces principales de la violencia y la exclusión”, advierte la OEA.

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