Por la contingencia ambiental y sus efectos en la salud pública, expertos ambientalistas y en salud han destacado la estrecha relación entre la contaminación atmosférica y el riesgo para la salud, especialmente en tiempos de pandemia.
Según lo establecido, los contaminantes atmosféricos no solo aumentan el riesgo de enfermedades respiratorias, sino que también pueden agravar la morbilidad asociada con virus como el COVID-19.
La exposición a partículas finas y carbono negro, conocidas como PM10 y PM2.5, respectivamente, ha demostrado influir significativamente en la inflamación y la respuesta del sistema inmunológico, lo que puede exacerbar los efectos del virus en las vías respiratorias.
El impacto de la contaminación atmosférica es especialmente preocupante para grupos vulnerables, como los adultos mayores y aquellos con enfermedades crónicas preexistentes, incluyendo diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, así como para aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos.
Partículas suspendidas PM10 y PM2.5
Las partículas suspendidas PM10 y PM2.5, una mezcla compleja de sólidos y líquidos, representan un desafío adicional debido a su capacidad para viajar grandes distancias y penetrar en espacios interiores, exponiendo a las personas a mayores riesgos para la salud.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la exposición a las partículas PM2.5 puede provocar una serie de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como aumentar el riesgo de cáncer de pulmón.
Además, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) advierte que estas partículas pueden afectar tanto los pulmones como el corazón, causando desde infartos al miocardio no mortales hasta irritación de las vías respiratorias.
Recomendaciones para proteger la salud
Se emiten las siguientes recomendaciones para proteger la salud durante periodos de contingencia ambiental:
1. Evitar actividades físicas al aire libre durante avisos de contingencia.
2. Abstenerse de fumar, especialmente en espacios cerrados.
3. Posponer eventos al aire libre entre las 13:00 y las 19:00 horas.
4. Realizar mantenimiento a vehículos y electrodomésticos para reducir emisiones.
5. Mantener a niños, niñas y adultos mayores en el interior en caso de mala calidad del aire.
6. Verificar la ausencia de fugas de gas en equipos de cocina.
7. Incorporar alimentos ricos en vitaminas y nutrientes que fortalezcan el sistema respiratorio.
Estas medidas, aunque simples, pueden contribuir significativamente a proteger la salud de la población frente a los efectos nocivos de la contaminación atmosférica, especialmente en momentos de contingencia.