Dormir bien es posible si se ofrece al organismo señales de tiempo organizadas, toda vez que requiere identificar el inicio del día y la noche, situación que se alteró por el confinamiento originado por la pandemia, coincidieron en señalar Carolina Escobar Briones, de la Facultad de Medicina, y Lucia Mendoza Viveros, del Instituto de Investigaciones Biomédicas.
En la quinta edición del Neurofest 2020, inaugurado por María Emilia Beyer Ruiz, directora del Museo de las Ciencias Universum, precisaron: estudios muestran que hoy la gente tiene una menor calidad de sueño, pese a que duerme más.
Esta afectación “tiene que ver con la ansiedad colectiva, nos tardemos más en dormir; nos vamos a dormir más tarde, nos quedemos tarde viendo una serie. Justamente la falta de rutinas tuvo un efecto bastante negativo en los ritmos circadianos”; es decir, ciclo de día y de noche de la actividad celular de un organismo, precisó Mendoza Viveros, posdoctorante en el Instituto de Investigaciones Biomédicas.
La ganadora de la Beca para Mujeres en la ciencia de L’Oreal-Unesco-Conacyt-AMC 2019, detalló que los cambios se relacionan de manera directa con el ciclo circadiano o reloj maestro, el cual recibe la información sobre la hora del día a través de la intensidad de luz, o la oscuridad, y mediante mecanismo complicados envía señales al organismo para saber lo que debe hacer.
Asimismo, comentó que cuando esos procesos se alteran, por ejemplo al realizar viajes constantemente o cambiar de trabajo, lo más importante para reajustar el horario del cuerpo es generar nuevos hábitos, ya que el reloj maestro se regula por la repetición de un evento.
Para Carolina Escobar Briones, profesora del departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina, un aspecto a considerar es que además del inicio del día o la noche, las señales sociales como el despertador, acudir al trabajo o a la escuela se perdieron debido a la emergencia sanitaria.
La actual presidenta de la Sociedad para las Neurociencias capítulo México agregó: las personas se niegan a seguir rutinas, alterando la exposición a la luz y la oscuridad, por lo que reportan problemas en su descanso.
Si queremos mantener ritmos circadianos saludables debemos cuidar la luz y oscuridad de noche. Quiero pensar que el reloj biológico siempre lo podemos volver a echar a andar. Estudios clínicos han mostrado que justamente al dar señales de tiempo bien organizadas podemos volver a echar a andar nuevamente el reloj”, comentó Escobar Briones.
En su oportunidad, Beyer Ruiz consideró que en el Neurofest 2020 las actividades que se realizarán buscan “poner las neuronas a brillar, pensar, jugar, retarlas y para comprender cómo funciona nuestro sistema nervioso”.