Cultura

Tejen ‘mancha de sangre’ para denunciar violencia hacia las mujeres

Inauguran instalación “Sangre de mi sangre”, en CDMX, para visibilizar feminicidios y desapariciones.

La violencia contra mujeres y niñas, en nuestro país, continúa como un desafío para erradicar y prevenir. Los feminicidios y desapariciones son algunas de esas violencias que han mermado el tejido social, por lo que existe la urgencia de nombrarlas, denunciarlas, visibilizarlas y tipificarlas, de acuerdo con la colectiva Hilos.

Esta agrupación interdisciplinaria de mujeres presentó la instalación “Sangre de mi sangre” en el Museo de Memoria y Tolerancia (MMyT), en el marco del Día Internacional contra para Eliminar la Violencia contra las Mujeres (25 de noviembre).

Y es a través del arte que la colectiva originaria de Guadalajara busca denunciar y apoyar a quienes han sido víctimas de esas violencias, a familiares de desaparecidas y desaparecidos, y por feminicidios, con el objetivo de visibilizar que hay una “mancha de sangre” que crece de forma simbólica y real, pero que al mismo tiempo hay una red que busca restaurar ese tejido social.

La inauguración de esta instalación se llevó a cabo este 22 de noviembre y tuvo una serie de charlas y talleres, con invitadas de diversas organizaciones, para abordar diversos temas en torno a las violencias hacia las mujeres, como la gordofobia y dismorfia, la hipersexualización y la violencia digital.

Una mancha de sangre en México: el arte para visibilizar violencias

La violencia hacia las mujeres, en México, se expresa en que al día son asesinadas 11 mujeres. De enero a septiembre de 2022, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), se cometieron 695 feminicidios, de los cuales 22 se perpetraron en Jalisco, entidad en donde nació la colectiva.

Sólo en 2021, se registraron 978 feminicidios, por lo que fue el año que tuvo mayores cifras, desde 2015. En ese mismo año ocurrieron 19 feminicidios cada semana en Jalisco.

Por cada 100 mil mujeres, Colima, Nuevo León, Morelos, Campeche y Chihuahua, fueron las entidades con mayores cifras de feminicidios en lo que va de 2022. Mientras que, a nivel nacional, Estado de México, Nuevo León, Veracruz, Ciudad de México y Chiapas, lideran las numeralias por feminicidio.

Pero esos números, también van acompañados por la cifras de desapariciones en el país. De acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) hay 108 mil 025 personas desaparecidas y no localizadas. De ese total, 26 mil 864 son mujeres y 80 mil 422 son hombres, además 739 personas aparecen como indeterminados.

Jalisco (15 mil 027), Tamaulipas (12 mil 445), Estado de México (11 mil 807) y Veracruz (2 mil 431) encabezan la lista de las entidades con mayores cifras de personas desaparecidas y no localizadas.

Ante dicho contexto, Gabriela Rivera, integrante de la colectiva Hilos, dijo que se suma la percepción de inseguridad que es desigual entre hombres y mujeres, dado que son las mujeres quienes se sienten más inseguras en la vía pública.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública  (ENVIPE 2022), prevalece la tasa de víctimas delictivas y de incidencia sobre hombres, aunque por tipos de delitos son las mujeres quienes mayoritariamente son víctimas de delitos sexuales, violación y amenazas verbales.

Ese contexto es el que preocupa a la colectiva Hilos, quienes desde 2019 se organizaron para visibilizar esta situación a través del arte. Fue así que nació “Sangre de mi sangre”.

“La preocupación que origina la pieza es que no queremos que se normalice [la violencias] y hacerla visible, que la mayor cantidad de personas se sumen desde la participación, porque es donde se genera la interacción y el tejido social. Estas violencias han generado una ruptura, nos ha dividido como comunidad. La pandemia vino a dividirnos más y a generarnos miedos. ‘Sangre de mi sangre’ es un tejido colectivo, para tejer y generar empatía”, enfatizó Gabriela Rivera.

Claudia Rodríguez, fundadora de la colectiva Hilos, en entrevista con Once Noticias, dijo que esta pieza nació como una preocupación para apoyar a las familias de personas desaparecidas, dado que en Jalisco se dieron cuenta que la soledad social era una constante que envolvía a quienes marchaban por sus desaparecidas y desaparecidos, porque prevalecía el miedo.

Así concebieron esta pieza. Para tejer decidieron reunirse en el Parque Rojo, a finales de 2019, para invitar a cualquier persona a sumarse a tejer los domingos, dado que consideraron que el tejido genera redes y es un punto de convivencia y socialización.

Comenzaron a tejer con yute, pero luego utilizaron rafia de color rojo. La característica de este tejido es que tiene diversas tonalidades y no tiene un patrón único, sino que al unirse tejen una enorme manche de sangre.

“Es rojo porque es una metáfora de la sangre derramada. Tiene muchas tonalidades, dependen el material y las formas, y le da aspecto parecido a la sangre. Es una metáfora de la sociedad y es incluyente porque todo mundo puede tejer. Se presenta en el espacio público, en lugares simbólicos y monumentos emblemáticos, para tener mayor visibilidad”, dijo Gabriela Rivera.

Claudia señaló que la rafia es un material ligero y resistente, con un color muy poderoso, que aguanta las inclemencias naturales y es económico.

“La combinación de tonos fue un acierto. Seguimos tejiendo la rafia. Hemos buscado la manera de que las personas compren su rafia. Al yute lo teñimos”, expresó la fundadora de Hilos.

Son dos piezas las que están en el MMyT: la mancha de sangre expuesta al interior del museo mide 14 m x 2 y medio metros. La instalación en el exterior mide 4 x 14 metros en total.

Claudia explicó que calcula que ya llegaron a los mil metros cuadrados de tejido y que pesa aproximadamente 300 kilos, “más lo que se sume de los otros estados”, dijo.

Hasta ahora, “Sangre de mi sangre” se ha expuesto en la plaza La Minerva, el 8M en 2021. También en la fachada interna de la Escuela de Arquitectura (ESARQ), en el Patio de los Naranjos del Instituto Cultural Cabañas. Además han existido réplicas de la acción en Puerto Vallarta, Ciudad de México y Chihuahua.

Al tejido de este mancha de sangre, de acuerdo a las integrantes de Hilos, se han sumado 12 entidades como Sinaloa, Querétaro, Michoacán, Zacatecas, Chihuahua, entre otros, y el próximo 11 de diciembre llevarán a cabo una intervención en el Ángel de la Independencia, en CDMX, por lo que prevén crezca este tejido.

Las personas que deseen sumarse al tejido y a la intervención pueden visitar las redes sociales de la colectiva Hilos, en donde encontrarán un mapa que ubica a las colectivas y colectivos que colaboran en este proyecto.

“Sigamos tejiendo, esperemos que el año que entra sea en el Zócalo”, expresó Claudia al medio.

“Vamos a tejer todo el año. Es resistencia social y es la manera que optamos para visibilizar y tejernos para luchar en contra de estas violencias, porque no hay manera de contenerlas. Pensar de forma individual no se logra nada, somos un sistema y lo que pase a otros nos afecta”, concluyó Gabriela Rivera.

Otras violencias que merman a las mujeres y al tejido social: violencia digital

Por su parte, la abogada Melyssa Alvarado, directora de incidencia de Abogadas MX, en la misma mesa en que participaron las integrante de Hilos, explicó que otra violencia que lastima a ese tejido social es la violencia digital, que generó una gran discusión y que dio pie a la Ley Olimpia.

La abogada expuso que este conjunto de reformas legislativas están encaminadas a reconocer la violencia digital, que viven tanto hombres y mujeres, pero que suele afectar de manera desproporcionada a mujeres dada la concepción cultural y social sobre sus cuerpos.

“Quien cometa estos actos no es un juego, es un delito, que debe erradicarse porque atenta con la vida. Lo digital es real, no se queda en las redes. Afecta la vida y a la sociedad, porque se replican e inciden en todas las personas”, expresó.

En entrevista con el medio dijo que aún falta mucho para que sea una realidad nacional, y considera que hace falta, principalmente sensibilidad en las autoridades.

“Hace falta la sensibilidad de servidores y servidoras públicas, y funcionarios. Existe la revictimización, a pesar de que ya tenemos sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dirigidas a México, por esa falta de sensibilidad, y hay protocolos de atención a mujeres víctimas de violencia de género, pero no existe sensibilidad. Es necesario que se rote constantemente al personal, que haya dedicación para atender a las personas, que se atienda de manera sensible, que se escuche y no se revictimice y que sepamos con qué palabra las vamos a tratar”, expresó.

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