Vehículos cubiertos de una capa de polvo naranja, pasillos del Metro con arena y un cielo teñido de rojo: una gran nube de polvo proveniente del Sáhara se cernió sobre algunas ciudades de España.
Personas limpiando con mangueras sus coches, sus terrazas o los portales de los edificios se podían ver en pleno centro de la capital española, donde este fino polvo ocre transformó el paisaje. En el Metro y los estacionamientos los suelos estaban polvorientos y las ventanas en los últimos pisos de los edificios mostraban manchas marrones.
A este fenómeno meteorológico de fuertes vientos calientes cargados de polvo de arena del desierto del Sáhara se le denomina en España calima.
Es bastante común, sobre todo en el archipiélago atlántico de Canarias, situado en el noroeste de África.
El actual es un “extraordinario episodio de calima con reducciones de la visibilidad muy importantes en amplias zonas de la península, que afecta a “ciudades tan distantes como Granada, Madrid y León”, detalló el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en un mensaje a periodistas Rubén del Campo.
En su opinión, esta situación va a ser persistente, ya que está previsto que continúe llegando polvo en gran cantidad durante lo que queda del 15 de marzo y durante el 16 de marzo.
“En las próximas horas llegará a zonas tan distantes del Sáhara como Países Bajos y Alemania”, dijo Del Campo.
Las tormentas, agregó, en el desierto del Sáhara crean ráfagas de viento en la superficie del suelo, que levantan partículas de arena y polvo.
Las partículas más pequeñas quedan suspendidas en el aire gracias a la diferencia de temperatura entre el aire caliente en altura y el suelo que se enfría, mientras que las más pesadas caen.
Luego, el viento transporta las partículas hacia la península ibérica, donde no se descarta que haya “lluvias de barro” sobre España, si confluye la calima con las precipitaciones.
La calidad del aire era “extremadamente desfavorable” la mañana del martes en Madrid, Segovia o Ávila, en el centro del país, según las autoridades.