La justicia iraní anunció el sábado la ejecución en la horca de dos hombres declarados culpables de haber matado a un paramilitar en noviembre durante las manifestaciones desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini, una decisión que generó indignación internacional.
Estas muertes elevan cuatro el número de ejecutados desde el inicio del movimiento de protesta en Irán a mediados de septiembre.
Mizan Online, la agencia de información del poder judicial informó que “Mohammad Mahdi Karami y Seyyed Mohammad Hosseini, los principales autores del crimen que condujo al martirio de Ruhollah Ajamian, fueron ahorcados en la mañana” del sábado.
Los dos hombres estaban acusados de haber matado a este miembro de la milicia paramilitar Basij, ligada a los Guardianes de la Revolución, el 3 de noviembre en Karaj, una ciudad al oeste de Teherán.
El tribunal de primera instancia los condenó a muerte el 4 de diciembre. El veredicto fue confirmado el 3 de enero por la Corte Suprema de Irán, un proceso calificado por “expeditivo” por parte de las oenegés defensoras de los derechos humanos.
El Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos denunció este sábado juicios “basados en confesiones extorsionadas”. “Es impactante que Irán continúe ejecutando a manifestantes, pese a la indignación internacional”, señaló el organismo en Twitter.
Estados Unidos condenó las ejecuciones en los “términos más enérgicos”.
“Estas ejecuciones representan un elemento clave de los esfuerzos del régimen (iraní) para reprimir las protestas”, aseguró Ned Price, portavoz del Departamento de Estado.
La Unión Europea se mostró “consternada” por las ejecuciones, indicó este sábado en un comunicado Nabila Massrali, portavoz del jefe de la diplomacia comunitaria, el español Josep Borrel.
Francia calificó las ejecuciones de “repugnantes” y los Países Bajos anunciaron la convocación del embajador de Irán.
Por su parte, la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, afirmó las ejecuciones fortalecen la voluntad de Berlín de “aumentar la presión a Teherán dentro de la UE”.
La desesperación de un padre
Desde el inicio de las manifestaciones, la justicia condenó a muerte a 14 personas vinculadas con estas protestas, según un recuento de la AFP basado en informaciones oficiales.
De ellas, cuatro han sido ejecutadas, otras dos recibieron una confirmación de la condena por parte de la Corte Suprema, seis esperan un nuevo proceso y dos pueden apelar la decisión.
Activistas del país aseguran que otra decena de personas se enfrentan a acusaciones que pueden comportar la pena capital.
La República Islámica se ha visto sacudida por un movimiento de protestas tras la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini, una kurda de 22 años que había sido detenida por vulnerar supuestamente el código de vestimenta, que incluye el uso del velo.
Irán califica la movilización como “disturbios” y afirma que son atizados por países extranjeros y grupos de la oposición, y dicen que cientos de personas han muerto en los altercados, entre ellos miembros de las fuerzas de seguridad.
Las ejecuciones de este sábado se producen pese a una campaña de oenegés que pedía a Teherán que perdonara a Mohammad Mahdi Karami y Seyed Mohammad Hosseini. Amnistía Internacional denunció un proceso “injusto”.
A mediados de diciembre, el padre de Mohammad Mahdi, Mashallah Karami, difundió un video en redes sociales en el que imploraba a las autoridades de anular la pena de muerte contra su hijo.
El letrado, Mohammad Aghasi, escribió en Twitter que Karami no pudo reunirse con su familia antes de su ejecución.
Según el grupo Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega, Karami tenía 22 años y, de acuerdo a oenegés, Hosseini, 39 años.
“Simulacro de juicio”
El director de IHR, Mahmood Amiry-Moghaddam, afirmó que los dos habían sido “sometidos a tortura y condenados tras un simulacro de juicio”.
Teherán ya ha sido objeto de una serie de sanciones internacionales como reacción a la represión contra las manifestaciones.
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, anunció este sábado que nombró como nuevo jefe de la policía nacional a Ahmad-Reza Radan.
En 2010, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó a Ahmad-Reza Radan en su lista negra por violar los derechos humanos, tras la polémica reelección del presidente ultraconservador Mahmud Ahmadinejad, que dio lugar a importantes protestas reprimidas por el poder. Ese mismo año, fue sancionado por la Unión Europea.